NetApp ha anunciado la ampliación de su alianza con Google Cloud para integrar servicios de almacenamiento unificado y tecnologías inteligentes en la arquitectura de Google Distributed Cloud. Esta colaboración está diseñada para permitir a las organizaciones, en especial aquellas pertenecientes a sectores regulados, aprovechar las capacidades de inteligencia artificial (IA) de manera segura, cumpliendo estrictamente con las normativas de privacidad y soberanía de datos.
El avance tecnológico en sectores como el gubernamental, manufacturero, de telecomunicaciones y minorista se enfrenta a crecientes desafíos regulatorios, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los datos y el cumplimiento de las normativas emergentes. Con la modernización de las infraestructuras tecnológicas, estas organizaciones necesitan soluciones que les permitan gestionar y proteger sus datos de manera eficiente.
La colaboración entre NetApp y Google Cloud proporciona las herramientas necesarias para que estas organizaciones implementen cargas de trabajo avanzadas de IA en entornos controlados, garantizando la seguridad y el cumplimiento normativo.
Google Distributed Cloud se posiciona como una infraestructura que extiende los servicios en la nube a ubicaciones estratégicas, como centros de datos locales y redes perimetrales. Esto facilita que las empresas integren aplicaciones y tecnología de nube, incluidas capacidades avanzadas de IA, sin comprometer el control sobre sus entornos de TI. La arquitectura distribuida permite la cercanía del cloud al origen de los datos y la posibilidad de crear entornos aislados que minimizan o eliminan las conexiones externas, asegurando así el control y la privacidad.
En este contexto, la infraestructura de datos inteligente de NetApp, con soluciones como NetApp ONTAP® y StorageGRID, se implementa para optimizar y gestionar de manera eficiente estas infraestructuras, garantizando que las organizaciones puedan escalar sus operaciones sin sacrificar seguridad ni cumplimiento. Estas soluciones proporcionan un control centralizado de los datos y facilitan la integración de cargas de trabajo basadas en IA en entornos de nube distribuida.
Además, Google Distributed Cloud aprovecha estas capacidades para fortalecer sus propios servicios, que incluyen bases de datos, IA y análisis de datos, mejorando así la oferta y optimizando el soporte para sus clientes corporativos.
César Cernuda, presidente de NetApp, ha destacado que “la colaboración con Google Distributed Cloud permite acercar la innovación en IA a las organizaciones, incluso en sectores con altas exigencias regulatorias, asegurando siempre la seguridad de los datos y el cumplimiento normativo”. Cernuda subraya el papel de NetApp como socio estratégico en la gestión de datos, facilitando a las organizaciones soluciones tecnológicas que se adaptan a sus entornos regulados y les permiten innovar con confianza.
Por su parte, Sameet Agarwal, director general y vicepresidente de almacenamiento en Google Cloud, ha declarado: “Nuestra alianza con NetApp en Google Distributed Cloud nos ha permitido ofrecer a las organizaciones una plataforma que garantiza procesamiento localizado, rápida escalabilidad y una mayor seguridad. Estas capacidades son clave para que los sectores regulados puedan aprovechar la tecnología emergente, como la IA, de manera eficaz”.
Con la integración de estas soluciones, las empresas que utilicen Google Distributed Cloud podrán reducir su dependencia de diversas plataformas en sus entornos cloud, data center y edge, aumentando así su eficiencia operativa. Este enfoque unificado reduce la complejidad, incrementa la agilidad y permite a las organizaciones adaptarse rápidamente a las tendencias tecnológicas emergentes y responder de manera eficiente a los cambios en su entorno operativo.
La colaboración entre NetApp y Google Cloud no solo asegura un entorno controlado para el desarrollo de IA, sino que también contribuye a una infraestructura más flexible que puede escalar en función de las necesidades dinámicas de las empresas. Esto resulta crucial para que las organizaciones reguladas mantengan su competitividad en un mercado donde las demandas tecnológicas y regulatorias cambian constantemente.
