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El futuro del trabajo y la IA: ¿oportunidad o amenaza?

El futuro del trabajo y la IA: ¿oportunidad o amenaza?

  • Gerd Leonhard analiza cómo IA redefine trabajos futuros enfatizando educación emocional ética colaborativa.
El futuro del trabajo y la IA: ¿oportunidad o amenaza?

En una presentación durante la Global Labor Market Conference 2025 (GLMC), el futurista abordó los desafíos y oportunidades que plantea el avance de la inteligencia artificial (IA) en un mundo cada vez más interconectado. Bajo el título  The World by 2030 , Leonhard exploró temas como el cambio climático, las transformaciones tecnológicas y su impacto en los mercados laborales, así como las implicaciones éticas de estas innovaciones.

Un punto de inflexión histórico

Leonhard inició su charla destacando que estamos ante un momento crucial para definir cómo queremos moldear nuestro futuro. “El futuro no es una extensión del presente ni una versión mejorada del pasado; es algo completamente diferente”, afirmó. Según él, aunque existe pesimismo sobre lo que está por venir —especialmente en Europa—, también hay razones para ser optimistas si se toman decisiones responsables ahora.

Dos grandes fuerzas están configurando este panorama: el cambio climático con sus demandas urgentes hacia energías renovables y sostenibles, y la convergencia entre humanos y máquinas a través de sistemas inteligentes. Estas tendencias no solo afectan al medio ambiente sino también a los mercados laborales globales.

La revolución tecnológica: Inteligencia Artificial e Inteligencia General Artificial

Uno de los puntos centrales fue diferenciar entre dos conceptos clave dentro del ámbito tecnológico actual: asistentes inteligentes (IAI) e inteligencia general artificial (AGI). Los primeros son herramientas diseñadas para complementar nuestras capacidades humanas mediante tareas específicas como traducción automática o gestión logística avanzada. Por otro lado, AGI representa sistemas capaces no solo de procesar datos sino también razonar creativamente al nivel humano o incluso superior.

“¿Realmente necesitamos máquinas que puedan pensar exactamente como nosotros?”, cuestionó Leonhard mientras advertía sobre los riesgos asociados con desarrollar tecnologías tan avanzadas sin supervisión adecuada. Citando ejemplos recientes donde gobiernos han destinado miles millones dólares hacia proyectos relacionados con AGI —como Estados Unidos anunciando $500 mil millones— expresó preocupación acerca posibles consecuencias sociales negativas tales pérdida masiva empleos debido automatización excesiva actividades rutinarias.

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