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El retorno el hombre a la Luna o las constelaciones de satélites… Estos son los retos y oportunidades del futuro en el espacio

El retorno el hombre a la Luna o las constelaciones de satélites… Estos son los retos y oportunidades del futuro en el espacio

  • ARQUIMEA repasa los aspectos clave que están impulsando el crecimiento del sector espacial y aborda los cinco retos principales a los que se enfrenta la industria en 2024 con el surgimiento de nuevas oportunidades en el espacio.
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En los albores de la civilización, la humanidad ya miraba hacia el cielo con admiración y curiosidad, buscando comprender el vasto universo que nos rodea. Desde entonces, hemos recorrido un largo camino en el que se han conseguido grandes hitos como la misión del rover Perseverance en Marte o el descubrimiento de agua en la luna hace escasos años. En este viaje de descubrimiento y exploración,  la actividad aeroespacial ha desempeñado un papel fundamental , conectando a las personas, impulsando la investigación y mejorando la seguridad.

Una de las señales más evidentes del progreso en este campo es la proliferación de satélites en órbita, que han pasado de ser unos pocos en 1957 a más de 11 mil en el año 2024. Esta tecnología continúa evolucionando, desarrollándose en la actualidad constelaciones de satélites que tienen como objetivo proporcionar cobertura de comunicaciones a nivel global. En este sentido, anunció recientemente la creación de CanarySat. “Este proyecto ilusionante, con una flota de 66 satélites, ofrecerá una conexión premium en las Islas Canarias y posicionará la región como un enclave de referencia global en telecomunicaciones”, explica Ferran Tejada, director general del área de de ARQUIMEA.

De hecho, ARQUIMEA, empresa tecnológica que actúa en sectores de alto valor tecnológico, como el aeroespacial, trabaja por desarrollar el futuro del espacio. La tecnológica española ha participado ya en más de 160 misiones espaciales y ha entregado más de 20 mil componentes y sistemas para el desarrollo de diversos proyectos. “Sin embargo, esto es solo el principio y nuestras últimas adquisiciones auguran nuevos y grandes retos”, añade Ferran Tejada, de ARQUIMEA.

¿Qué está impulsando el crecimiento del sector aeroespacial en la actualidad?

Según ARQUIMEA, varios factores clave están en juego, incluido el alto grado de madurez de la industria, el aumento de la financiación privada y el acortamiento de los ciclos de desarrollo y vida de los productos. Además, el surgimiento de nuevos conceptos como los «Cubesats», -hace 20 años- y, más recientemente, las constelaciones de satélites y lanzadores «rideshare» ha abierto nuevas posibilidades y mercados para la exploración espacial.

Otra área de negocio, como el retorno del hombre a la Luna y su colonización, está en pleno crecimiento gracias a inversiones millonarias que se dirigen a compañías que están construyendo cohetes reutilizables y cápsulas espaciales diseñadas o hábitats artificiales especialmente diseñados para ello, como es el caso del proyecto internacional ARTEMIS. La explotación mineral en cuerpos extra-planetarios, como es también el caso de la Luna, se encuentran todavía en un nivel incipiente, centrado en el sondeo, la prospección y la caracterización de estos. El turismo espacial es otro de los negocios que crecen en el sector. Ligado a todas estas oportunidades, surgen nuevos desafíos de relevancia para el futuro espacial. En este sentido, ARQUIMEA destaca los cinco retos principales a los que se enfrenta la industria en 2024:

·         Normativa y regulación internacional: La ausencia de un marco internacional para regular la exploración y explotación de recursos espaciales podría generar conflictos debido a los incentivos económicos involucrados. Según el informe «Para toda la humanidad – el futuro de la gobernanza del espacio ultraterrestre» de la ONU, destaca en este proceso la necesidad de establecer un régimen unificado de sostenibilidad espacial o nuevos marcos de gobernanza entre los Estados para aprovechar las oportunidades del espacio y mitigar los riesgos asociados. Entre estos riesgos se encuentra el aumento del número de satélites en órbita, lo que requiere una mayor coordinación del tráfico espacial y la creación de una plataforma internacional para monitorear y mitigar los riesgos de accidentes y colisiones, o la falta de un mecanismo internacional para vigilar y eliminar los desechos espaciales.

·         Sostenibilidad: No solo es importante la gestión de recursos en órbita. Cada vez que se realiza un lanzamiento al espacio, se consumen combustibles fósiles y se emiten gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático. Además, los restos de los cohetes que retornan a la Tierra tras su lanzamiento pueden causar impactos ambientales en los océanos y en tierra firme. Estos desafíos han motivado a la industria a buscar alternativas más sostenibles, como el uso de cohetes reutilizables, combustibles menos contaminantes o el regreso controlado de los módulos desechados.

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·         Acceso seguro: Artemis II, la misión de la NASA que pretende llevar cuatro astronautas alrededor de la Luna durante 10 días está prevista para los próximos años. Sin embargo, estas misiones implican algunos riesgos que se deben tomar en consideración. Por ejemplo, durante la prueba de la primera misión, se desprendieron trozos del escudo térmico más grandes y numerosos de los inicialmente previstos. En este sentido, con el avance y el desarrollo de la exploración del espacio con presencia directa de personas, se hace fundamental minimizar los riesgos asociados con el lanzamiento y la operación de vehículos espaciales, como cohetes y satélites.

·         Autonomía en el espacio: La autonomía tecnológica en el acceso al espacio es un aspecto crucial de la política espacial de cualquier país o región, ya que se refiere a la capacidad de lanzar satélites, naves espaciales y otras cargas útiles al espacio sin depender tecnológicamente de terceros países. En 2024, Europa está trabajando para reforzar su acceso autónomo al espacio mediante el vuelo inaugural de Ariane 6 y la reanudación de los vuelos Vega-C, así como el apoyo a iniciativas privadas para pequeños lanzadores. Con ellos, la comunidad espera fortalecer su posición en el mercado global de lanzamientos y garantizar su acceso autónomo al espacio para tener un mayor control sobre sus operaciones espaciales y reducir su dependencia de otros países para acceder al espacio.

·         Colaboración público-privada: Ya sea mediante el apoyo del sector público al sector privado o de la involucración de compañías privadas en programas públicos, la colaboración entre ambos tipos de entidades es vital para llevar a cabo proyectos ambiciosos de investigación y desarrollo. En este sentido, se están llevando a cabo diferentes programas que tienen como objetivo estimular la financiación público-privada de los proyectos espaciales. Un ejemplo de ello es la constelación de satélites de telecomunicaciones CanarySat, mencionada anteriormente, en el que ARQUIMEA, como inversor privado cuenta con la cofinanciación pública del Cabildo de Tenerife.

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