Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El comercio rápido, o quick commerce (q-commerce), se ha convertido en un elemento esencial en la experiencia del consumidor moderno. La promesa de entregas en minutos ha transformado la forma en que los consumidores adquieren productos, especialmente en entornos urbanos.
Esta tendencia, impulsada por la inmediatez y la comodidad, está redefiniendo el comercio minorista y su cadena de suministro. Según las proyecciones, el q-commerce experimentará un crecimiento del 9,8 % anual hasta 2028, alcanzando los 800 millones de usuarios a nivel global. Esta expansión está estrechamente vinculada al auge del delivery, la urbanización y la creciente demanda de entregas rápidas.
Sin embargo, la rapidez en la entrega no es el único desafío. Para que el q-commerce sea viable a largo plazo, debe ser rentable y sostenible. En este contexto, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta clave para lograr una optimización integral de todo el proceso, desde la gestión de inventarios hasta la entrega de última milla, que representa una parte significativa tanto de los costes como de la huella de carbono total.
La inteligencia artificial como motor de eficiencia en el q-commerce
La IA tiene un papel fundamental en la transformación del q-commerce. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real permite a las empresas tomar decisiones más informadas y precisas. Un ejemplo claro es la optimización de las rutas de entrega, donde la IA considera factores como el tráfico, las condiciones meteorológicas y la densidad urbana para reducir los tiempos de entrega y el consumo de combustible.
Además, la IA puede optimizar las estrategias de precios, ajustándolos de manera dinámica según el tamaño de la cesta, la distancia de entrega y otros factores contextuales. Esto no solo mejora la rentabilidad, sino que también ofrece una mayor transparencia al consumidor, quien puede comprender mejor los costes asociados a sus decisiones de compra.
Por otro lado, la automatización de procesos mediante IA es crucial en la gestión de almacenes y centros de distribución. Robots equipados con IA pueden realizar tareas repetitivas con una precisión y eficiencia que superan a la mano de obra humana, reduciendo errores y optimizando el espacio y los recursos. Este nivel de automatización es esencial para manejar el volumen y la velocidad que exige el q-commerce.
Reducción de la huella de carbono y sostenibilidad
Uno de los mayores desafíos del q-commerce es la entrega de última milla, que a menudo es la parte más costosa y menos eficiente del proceso logístico. La IA ofrece soluciones innovadoras para mitigar estos problemas, como la planificación de rutas que minimizan el consumo de combustible y la integración de vehículos eléctricos y otros medios de transporte sostenibles.
Además, el análisis predictivo habilitado por la IA puede mejorar la gestión de inventarios, reduciendo el desperdicio de productos y optimizando la demanda. Esto no solo mejora la sostenibilidad, sino que también contribuye a una cadena de suministro más ágil y resiliente.