HPE Aruba Networking ha presentado las cinco tendencias clave que transformarán las redes empresariales en 2025. Según el análisis de la compañía, tecnologías como SD-WAN, SASE, inteligencia artificial (IA) y la microsegmentación impulsarán una revolución en la gestión y la seguridad de las infraestructuras de TI.
José Tormo, director de HPE Aruba Networking para el sur de Europa, subraya que estas innovaciones abordarán tanto los desafíos de la ciberseguridad como la creciente demanda de redes más rápidas y robustas.
1. SD-WAN y SASE lideran el cambio hacia redes más flexibles y seguras
El crecimiento del mercado de SD-WAN continuará debido a su capacidad para optimizar costes y aumentar la flexibilidad en la conectividad. Este enfoque, que utiliza tecnologías como LTE/5G y banda ancha, permite a las empresas reducir su dependencia de protocolos tradicionales como MPLS. La adopción de SD-WAN responde también a las necesidades de las organizaciones que operan en entornos híbridos.
Por otro lado, SASE se consolida como una solución integral que combina redes y seguridad en un modelo nativo de la nube. Su capacidad para gestionar políticas de seguridad de manera uniforme para aplicaciones y dispositivos en cualquier ubicación simplifica la infraestructura TI, mejora la protección frente a ciberamenazas y refuerza la experiencia del usuario.
2. Microsegmentación: una respuesta efectiva frente a ciberataques y regulaciones
La microsegmentación se posiciona como una herramienta esencial para garantizar la seguridad en un entorno marcado por ataques cada vez más sofisticados. Dividir las redes en segmentos más pequeños y protegidos dificulta la capacidad de los atacantes para moverse dentro de la infraestructura.
Además, esta técnica facilita el cumplimiento normativo al permitir políticas de acceso granular y un control detallado del tráfico entre segmentos. Esto resulta particularmente relevante con la implementación de regulaciones como la directiva NIS2 de la Unión Europea, que exige medidas robustas para proteger infraestructuras críticas.
3. Redes y seguridad: una gestión unificada
La integración de redes y seguridad en una única solución de gestión es una tendencia en auge. Este enfoque no solo centraliza la supervisión de dispositivos y sistemas, sino que también optimiza la respuesta ante incidentes. Una infraestructura consolidada permite a las empresas obtener una visión integral del estado de sus sistemas, lo que se traduce en una administración más coherente y eficiente.
Esta unificación se ha vuelto crucial para gestionar entornos cada vez más complejos, donde la seguridad y el rendimiento deben abordarse de manera conjunta.
4. La inteligencia artificial, clave en la gestión de redes modernas
El crecimiento exponencial del volumen de dispositivos conectados y datos generados hace que la automatización basada en IA sea imprescindible. Estas tecnologías analizan grandes cantidades de información, identifican problemas y activan respuestas automatizadas en tiempo real. Esto no solo reduce errores humanos, sino que libera recursos en los equipos de TI para tareas estratégicas.
La IA también juega un papel crucial en las operaciones empresariales, donde la eficiencia de la red es fundamental para reducir tiempos de lanzamiento al mercado y mejorar la productividad.
5. Redes más rápidas para soportar la inteligencia artificial
La adopción masiva de IA exige redes más rápidas y robustas. Según el grupo Dell’Oro, el tráfico relacionado con cargas de trabajo de IA se multiplicará por diez cada dos años, lo que impulsa la necesidad de dispositivos capaces de manejar velocidades de hasta 800 Gb. Las redes que no puedan soportar estos volúmenes corren el riesgo de convertirse en un cuello de botella para el desarrollo y la implementación de modelos avanzados de IA.
“El éxito de la inteligencia artificial depende tanto de la calidad de los datos y la capacidad de procesamiento como de una infraestructura de red eficiente y de alto rendimiento”, concluye José Tormo.
Retos y oportunidades para las empresas en 2025
A medida que las tecnologías avanzadas redefinen el panorama de las redes corporativas, las organizaciones deben adaptarse para aprovechar las nuevas herramientas y garantizar la resiliencia frente a ciberamenazas. La implementación de estas tendencias permitirá no solo una gestión más eficiente, sino también una mayor capacidad para responder a los desafíos del entorno digital.
