Los centros de datos desempeñan un papel fundamental en la digitalización global, facilitando tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT) y la computación en la nube. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos relacionados con la capacidad energética, la sostenibilidad y la regulación. En 2025, diversas tendencias definirán su evolución y adaptación a un entorno cada vez más exigente.
Expansión y limitaciones de capacidad
El mercado europeo de centros de datos experimentó un crecimiento interanual del 20% en el primer trimestre de 2024, lo que ha impulsado la creación de nuevos clústeres regionales y diseños optimizados. Sin embargo, la escasez de trabajadores cualificados, la lentitud en la concesión de permisos y la disponibilidad limitada de energía en ciertas regiones representan obstáculos significativos.
Para abordar estos desafíos, la industria debe fortalecer la colaboración con gobiernos y proveedores de servicios públicos, agilizar los procesos regulatorios e invertir en formación especializada. Estas medidas permitirán garantizar la disponibilidad de energía y la construcción de infraestructuras críticas.
Automatización y modularidad para un crecimiento escalable
El auge de la inteligencia artificial generativa ha incrementado la demanda de capacidad en los centros de datos. En respuesta, las soluciones modulares y los centros de datos en contenedores se perfilan como alternativas viables, ya que permiten una rápida expansión y despliegue, además de reducir la necesidad de personal especializado in situ.
Asimismo, la automatización jugará un papel clave en la descentralización de las redes. Mediante el uso de análisis predictivos y herramientas de gestión inteligente de la energía, los operadores podrán optimizar el rendimiento y controlar los costes operativos.
Aumento de la densidad energética
Se estima que la demanda energética de los centros de datos crecerá un 160% para 2030 debido a la expansión de la inteligencia artificial. Para gestionar este incremento, se están adoptando nuevas estrategias de refrigeración, como la inmersión bifásica y la refrigeración directa al chip, que mejoran la eficiencia operativa.
Además, se implementarán celdas de mayor tensión, como las configuraciones de 36 kV sin SF6, para optimizar el consumo energético y garantizar la estabilidad de la infraestructura.
Contribución a la estabilidad de la red
La integración de energías renovables en los centros de datos está impulsando el desarrollo de nuevas estrategias de gestión energética. Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) están reemplazando a los generadores diésel como fuente de respaldo a corto plazo.
Asimismo, los programas de respuesta a la demanda, como el peak shaving y la generación de energía renovable in situ, permitirán a los centros de datos ajustar su consumo en función de la demanda y, en algunos casos, devolver el excedente de energía a la red.
Transparencia y sostenibilidad
La sostenibilidad se ha convertido en un eje central para la industria. La adopción de métricas avanzadas, como la efectividad del uso del carbono (CUE) y la efectividad del uso del agua (WUE), impulsará la implementación de hardware eficiente y tecnologías de refrigeración avanzadas.
Además, las certificaciones como la ISO 50001 y los informes de sostenibilidad serán cada vez más relevantes para asegurar contratos y responder a la creciente demanda de operaciones responsables y transparentes.
Regulación y cumplimiento normativo
El marco regulador en la Unión Europea sigue evolucionando, con normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y el Pacto Verde Europeo, que exigen mayor transparencia en el uso de energías renovables y la reducción de emisiones de carbono.
La expansión de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la transferencia de datos transfronterizos, obligará a los operadores a adaptarse rápidamente a los nuevos requisitos legales para garantizar el cumplimiento normativo.
Perspectivas para el sector
El sector de los centros de datos continuará evolucionando en 2025, impulsado por la necesidad de mayor capacidad, eficiencia energética y cumplimiento normativo. La automatización, la modularidad y la adopción de energías renovables serán factores clave para garantizar su crecimiento sostenible y su papel en la transformación digital global.