Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Zebra Technologies afirma que las empresas de software deberán hacer frente a siete tendencias sociales que afectarán a sus negocios en 2022.
Muchos de los retos a los que se han enfrentado las empresas este último año se verán amplificados a medida que la sociedad intente volver a un cierto nivel de normalidad en un contexto marcado por cambios de comportamiento que ya no tendrán vuelta atrás.
Así, muchas organizaciones tendrán dudas a la hora de marcar el camino que deben seguir. ¿Mantener sus actuales planes de crecimiento e implementación tecnológica? ¿Adoptar o abandonar ciertas plataformas? ¿Acelerar o ralentizar los esfuerzos de modernización? ¿Aumentar o reducir las implementaciones actuales?
Aunque todavía no hay una indicación clara sobre qué tecnologías triunfarán en 2022, los responsables de la toma de decisiones que participaron en tres estudios diferentes elaborados por Zebra, confirmaron que los intereses tecnológicos y los planes de implementación son más diversos que nunca, principalmente porque sus prioridades se están diversificando. Además, en los próximos doce meses, las empresas deberán averiguar cómo dar respuesta a estas siete tendencias sociales:
- Estabilizar las cadenas de suministro. Todo el mundo, desde las administraciones públicas a las instituciones de atención sanitaria, los concesionarios de automóviles, los restaurantes o las tiendas minoristas, estará más dispuesto a probar nuevas tecnologías que les ayuden a ser más eficientes. Esto será especialmente evidente entre aquellos que compiten por un stock de seguridad y realizan movimientos más agresivos para controlar mejor sus cadenas de suministro.
- Reducir la escasez de recursos (humanos y materiales). Es de esperar que la escasez de mano de obra, de existencias, de producción, de materias primas/recursos naturales e incluso de capacidad operativa, se aborde de forma muy quirúrgica y con la tecnología informando de las mejores decisiones a tomar o sirviendo de solución.
- Compensar las carencias de mano de obra. Aunque no es un concepto nuevo, el conseguir un mejor aprovechamiento de la mano de obra se convertirá en una prioridad en 2022 por necesidad. Esto obligará a confiar más en las nuevas tecnologías, que servirán para automatizar la planificación diaria, la toma de decisiones y la ejecución de tareas para liberar tiempo de los trabajadores y que se puedan enfocar en resolución de problemas más estratégicos y de servicio al cliente.
- Satisfacer las nuevas demandas de servicio al cliente. La economía “bajo demanda” se extiende ahora también a los proveedores de servicios de transporte, servicios públicos y servicios de emergencia, entre otros. Todos ellos deben encontrar la forma de ampliar su plantilla, agilizar los flujos de trabajo y mejorar el conocimiento de la situación de los equipos sobre el terreno para poder enviar a las personas adecuadas, a los lugares correctos, en el momento oportuno, con los equipos y herramientas necesarias.
- Hacer de la «sostenibilidad» una realidad. Se está pidiendo a las empresas que acepten sus responsabilidades corporativas y se comprometan con nuevas prácticas que permitan la reducción de residuos y emisiones de carbono. Esto, por supuesto, requerirá un mayor uso de las tecnologías digitales, que pueden ayudar en la toma de decisiones y la transparencia.
- Seguir cumpliendo con una cambiante normativa. La buena noticia es que la mayoría de las tecnologías utilizadas para garantizar el cumplimiento regulatorio también resolverán otros problemas empresariales o introducirán nuevos flujos de trabajo o eficiencias funcionales.
- Abordar la dispersión. Los núcleos de población se están desplazando y ampliando a un ritmo sin precedentes. En 2022, asistiremos a una carrera por construir, reparar, sustituir infraestructuras y ampliar servicios, incluyendo la asistencia sanitaria. Los índices de construcción aumentarán tanto en el sector residencial como en el comercial y se acelerarán los proyectos de carreteras, servicios públicos y otras infraestructuras críticas. También se hará un mayor esfuerzo para ampliar el alcance de los servicios fuera de los parámetros geográficos típicos, lo que requerirá la digitalización de los sistemas y el refuerzo de las redes de telecomunicaciones, así como una mayor inversión en infraestructuras informáticas para garantizar que tanto los responsables de la toma de decisiones, como los trabajadores de primera línea puedan realizar correctamente su trabajo.