Ahora que la mayoría de las empresas han migrado gran parte de sus cargas de trabajo a la nube y han adoptado modelos híbridos y multicloud, que combinan entornos locales on-premise con una o varias plataformas de nube, encaran otras necesidades como agilizar el desarrollo y entrega de aplicaciones , su rápida actualización sin impacto en el negocio o su capacidad para escalarlas, y que todo eso redunde en simplificar, asegurar y optimizar sus operaciones.
En este contexto, una de las prioridades de los equipos de TI es la modernización de las aplicaciones, un mercado que crece a una tasa anual compuesta del 16,5% y que generará a nivel global en 2027 alrededor de 32.800 millones de dólares. Esta cifra, que aporta MarketsandMarkets en un informe, dobla la alcanzada en 2022.
Para IPM, a Ricoh Company, la solución es evolucionar hacia apps nativas en cloud, basadas en microservicios, un modelo que aporta la flexibilidad necesaria para escalar en función de las necesidades empresariales y que permite que las aplicaciones se ejecuten tanto en la nube como en el hardware local, o en ambos escenarios simultáneamente. “Creemos que esta arquitectura es la mejor opción para las compañías que operan entornos híbridos o multicloud, que es el caso de tres de cada cuatro empresas españolas. Con ella, mejoran toda la gestión del ciclo de vida de las aplicaciones, aceleran los desarrollos, simplifican la administración y reducen los costes”.
El auge de las plataformas de Kubernetes
La adopción de la plataforma de microservicios de código abierto sigue creciendo y se convertido en la preferente a la hora de automatizar la implementación, gestión y escalado de aplicaciones, que se despliegan y ejecutan en contenedores, ya sea de forma independiente o conectada con otras.
Sin ir más lejos, el último estudio sobre el estado de Kubernetes de VMware, compañía de la que IPM es Principal Partner y Pinnacle Partner, muestra que la mayoría de los CIO ya están impulsando el desarrollo de aplicaciones modernas y nativas en la nube, conscientes de que la agilidad y la velocidad de entrega del software son claves para la competitividad de sus empresas. En este sentido, gran parte de los encuestados aseguran haber conseguido ventajas operativas (98%) y empresariales (97%), como una mayor productividad de los desarrolladores, más eficiencia, crecimientos de cuota de mercado y mejor experiencia del cliente.