Hace apenas una semana, OpenAI organizó su primer DevDay, un evento que destacó por una serie de importantes anuncios . El más notable fue la presentación del modelo GPT-4 Turbo, una versión mejorada y más económica que sus predecesores, con una ventana de contexto extendida y conocimientos actualizados hasta abril de 2023. Además, OpenAI introdujo nuevas variantes de sus modelos GPT, incluyendo actualizaciones para ChatGPT Plus y la versión gratuita de ChatGPT, extendiendo su base de conocimiento y mejorando su accesibilidad y eficiencia.
Tan solo unos días después de estos anuncios, Sam Altman, el CEO de OpenAI, ha confirmado en una entrevista con el Financial Times, que la empresa está trabajando en GPT-5 y que este nuevo modelo podría poseer lo que se denomina superinteligencia. Esto indica un avance notable sobre las capacidades de GPT-4, el modelo actual.
La transición de GPT-4 a GPT-5 no es solo un salto incremental en la tecnología. Mientras que GPT-4 ya ha mostrado capacidades que se acercan o incluso igualan a las humanas en ciertos aspectos de conocimiento y comprensión, GPT-5 promete ir más allá.
Se espera que este nuevo modelo no solo supere el conocimiento humano, sino que también iguale nuestra capacidad para razonar y procesar ideas complejas, un paso hacia lo que se conoce como inteligencia artificial general (AGI).
La realización de un proyecto de esta magnitud implica una inversión colosal. Miles de millones de dólares son necesarios para entrenar un modelo de IA de este calibre. Microsoft, el socio de larga data de OpenAI, ha invertido más de 10.000 millones de dólares en la organización como parte de un acuerdo de varios años.
La relación entre Microsoft y OpenAI parece ser clave en este proceso, con Microsoft reestructurando su modelo de negocio para integrar la IA, como se ve en productos como Windows y Microsoft 365.
Sin embargo, la perspectiva de una IA con capacidades superiores a las humanas plantea importantes cuestiones éticas y de seguridad. Los gobiernos, reguladores y la comunidad tecnológica en general están debatiendo cómo asegurarse de que tales sistemas no se vuelvan incontrolables.
En cuanto a los aspectos técnicos, GPT-5 requerirá una potencia de procesamiento y volúmenes de datos sin precedentes. Estos datos provendrán de una mezcla de fuentes públicas y conjuntos de datos adquiridos por OpenAI. El cronograma y las capacidades específicas de GPT-5 aún no están claras, y se espera que su entrenamiento lleve meses, si no años.
Mientras OpenAI avanza hacia GPT-5, nos enfrentamos a una nueva era en inteligencia artificial. Con este desarrollo, nos acercamos a la frontera de lo que es posible en términos de capacidad cognitiva artificial, un territorio emocionante pero que requiere cuidadosa consideración y responsabilidad.
