Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Masayoshi Son, CEO de SoftBank, pronosticó que una inteligencia artificial (IA) avanzada, 10,000 veces más poderosa que el cerebro humano, será desarrollada en 2035. Sin embargo, alcanzar este hito requerirá una inversión extraordinaria que podría elevarse a 9 billones de dólares, según declaró el empresario en el Future Investment Initiative en Arabia Saudí
Son estima, según informa The Register, que este avance en IA podría incrementar en un 5 % el Producto Interno Bruto (PIB) mundial, pero advierte que será necesario un despliegue masivo de recursos en infraestructura y tecnología. En este sentido, afirmó que la «super IA» demandará aproximadamente 400 gigavatios (GW) de energía en centros de datos, una cifra superior al suministro eléctrico de Estados Unidos en su conjunto, además de requerir unos 200 millones de chips especializados.
A raíz de esta proyección, Son considera que NVIDIA, fabricante de semiconductores y líder en tecnología de procesamiento de datos, está actualmente subvalorada en el mercado. “El futuro es mucho más grande”, aseguró el CEO de SoftBank, enfatizando el papel central que la empresa de chips tendrá en el desarrollo de esta superinteligencia. También señaló que NVIDIA, cuyo valor ha aumentado sustancialmente, seguirá creciendo al ritmo de la expansión de la IA, afirmando que el costo proyectado de 9 billones para la infraestructura no es una cifra descabellada, sino incluso “razonable”.
Inversiones y posibles beneficios económicos
Son detalló que el costo inicial de 9 billones de dólares podría recuperarse relativamente rápido si la superinteligencia generase ingresos anuales equivalentes. Argumentó que, al generar beneficios anuales cercanos a los 9 billones, la inversión inicial sería «pequeña» en comparación con el valor a largo plazo que la IA podría aportar a la economía global.
Asimismo, el ejecutivo estima que cuatro grandes compañías podrían obtener ganancias de hasta un billón de dólares en un año gracias a esta tecnología. Son expresó su intención de que SoftBank esté entre estas empresas, mencionando que NVIDIA y ARM, la empresa de diseño de chips en la que SoftBank tiene una participación mayoritaria, también se verán beneficiadas.
Este tipo de inversiones colosales no son inéditas en el ámbito de la inteligencia artificial avanzada. En febrero de este año, Sam Altman, CEO de OpenAI, ya había anunciado que buscaba una financiación cercana a los 7 billones de euros para lograr una IA general (AGI) capaz de revolucionar múltiples sectores. Altman, en su búsqueda de inversión, incluyó incluso a Emiratos Árabes Unidos como posible financiador. Esta declaración refuerza la tendencia entre los líderes tecnológicos de apostar por el desarrollo de IA y los enormes recursos que prevén necesarios para materializar su visión de la AGI.
Ajustes de pronósticos y desafíos logísticos
La proyección actual de Son marca un cambio con respecto a predicciones anteriores: en junio, el directivo había estimado que la superinteligencia artificial estaría disponible en un plazo de tres a cinco años. Sin embargo, el empresario ha extendido este marco temporal hasta 2035, en parte debido a los complejos requisitos de infraestructura y financiamiento que implican estos avances tecnológicos.
Uno de los mayores obstáculos identificados por Son es la cantidad de energía y recursos económicos necesarios para la construcción de esta IA avanzada, una inversión que muchos consideran demasiado ambiciosa incluso para gobiernos. No obstante, Son mantiene su optimismo, subrayando que SoftBank está «ahorrando» para afrontar los elevados costos que conllevará el desarrollo de esta tecnología.
Antecedentes y cautela en el ámbito inversor
La visión de Son sobre la superinteligencia artificial contrasta con antecedentes recientes de SoftBank, particularmente con su fallida inversión en WeWork, empresa de alquiler de espacios de trabajo compartidos. La salida a bolsa de WeWork fue cancelada después de que la valoración de la compañía se desplomara debido a declaraciones del cofundador Adam Neumann, lo cual generó pérdidas significativas para SoftBank. Este incidente plantea interrogantes sobre los riesgos inherentes a las predicciones de Son en cuanto al crecimiento de la IA y las posibles complicaciones logísticas que podrían surgir.
Sin embargo, a pesar de este revés, Son continúa comprometido con su visión de una «super IA» que, en su opinión, transformará la economía global y proporcionará retornos sustanciales para aquellos dispuestos a invertir a gran escala.