
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El IV Foro IndesIA, celebrado el 2 de abril en el Auditorio del Campus Repsol en Madrid, ha reunido a más de 400 asistentes del sector empresarial y tecnológico para debatir el avance y los retos de la inteligencia artificial (IA) en la industria.
Durante el evento, organizado por la asociación para el impulso de la economía del dato y la inteligencia artificial en la industria, se presentó el Barómetro IndesIA 2025, que revela una limitada adopción de esta tecnología por parte de las pequeñas y medianas empresas industriales españolas, que apenas alcanza un 2,9 %.
El informe, basado en el análisis de más de 68.000 pymes, señala que esta cifra representa un aumento del 36,2 % respecto a 2024, cuando el porcentaje se situaba en el 2,13 %. A pesar de este incremento relativo, la implantación sigue siendo residual si se compara con otros sectores y países del entorno europeo.

Madrid y el sector TIC lideran el uso de IA en pymes
Por comunidades autónomas, la Comunidad de Madrid encabeza el uso de IA entre las pymes (4,2 %), seguida de Asturias (3,9 %), Cataluña (3,7 %), País Vasco (3,4 %) y Navarra (3,2 %). En contraste, Castilla y León, Baleares y Castilla-La Mancha se sitúan en la franja más baja, con porcentajes en torno al 1,3 %-1,6 %. El informe también desglosa las tecnologías más empleadas: el machine learning (33,1 %), la automatización de procesos (25,6 %) y la inteligencia artificial generativa (20,3 %).
En cuanto a los departamentos donde se aplica con mayor frecuencia, destacan administración, I+D y marketing, mientras que áreas como logística y contabilidad muestran una incorporación más lenta. A nivel sectorial, el ámbito TIC presenta la mayor tasa de adopción (11,6 %), muy por encima del promedio del 2,9 %. La construcción y el transporte, en cambio, registran los índices más bajos, lo que según los organizadores pone de relieve la necesidad de políticas de apoyo más específicas.
La IA como herramienta para la resiliencia climática
Durante el foro, se abordaron las aplicaciones prácticas de la IA en distintos campos, entre ellos la gestión de riesgos climáticos. Alejandro Martí, CEO de Mitiga Solutions, subrayó el potencial de la inteligencia artificial combinada con el análisis de datos para anticipar eventos extremos y proteger infraestructuras críticas. Según indicó, estas herramientas permitirían mitigar los efectos del cambio climático en la operativa diaria de las empresas y asegurar la continuidad de las cadenas de suministro ante desastres naturales.
IA general: avances, limitaciones y riesgos geopolíticos
Uno de los bloques del foro estuvo dedicado a la inteligencia artificial general, un campo que suscita tanto expectativas como reservas. Ramón López de Mántaras, profesor emérito del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC, advirtió de las limitaciones intrínsecas de estos sistemas. Según explicó, la IA carece de consciencia, cuerpo o emociones, y por tanto no puede replicar la inteligencia humana en su complejidad: “Tiene habilidades sin comprensión y ejecuta tareas siguiendo instrucciones predefinidas”.
Inma Martínez, asesora en geopolítica y tecnología y miembro del consejo asesor de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), complementó esta visión con una advertencia sobre los riesgos asociados al desarrollo comercial de sistemas avanzados. Señaló que muchos de estos modelos no están estandarizados ni suficientemente evaluados, lo que podría facilitar su uso para fines maliciosos. Asimismo, reclamó mayor cooperación internacional entre gobiernos para establecer marcos de regulación y supervisión adecuados.

Barreras estructurales y propuestas para aumentar la adopción
Uno de los temas recurrentes durante la jornada fue la escasa penetración de la IA en las pymes, atribuida a múltiples factores estructurales. Según Nuria Ávalos, directora general de IndesIA, y Sandra de Lucas, miembro de su junta directiva, es necesario invertir en talento, mejorar los programas de formación en competencias digitales y establecer mecanismos de financiación más ágiles que faciliten la implementación de proyectos de IA.
Ambas directivas subrayaron la importancia de medir el impacto de esta tecnología en las operaciones empresariales, no solo desde un punto de vista técnico, sino también en términos de escalabilidad, transparencia y confianza. Coincidieron en que la inteligencia artificial debe concebirse como un vector estratégico de transformación, más allá de su utilidad operativa.
Reconocimiento a la trayectoria profesional en IA
Como novedad de esta edición, IndesIA entregó el Premio Impacto IndesIA, Persona del Año 2025, a Alberto Granados, expresidente de Microsoft España y actual miembro del equipo directivo de Microsoft para Europa, Oriente Medio y África. En su intervención, Granados enfatizó que los desafíos actuales no son exclusivamente tecnológicos, sino humanos y organizacionales.

“El verdadero reto es alinear cultura, personas y estructuras con los nuevos modelos que exige la inteligencia artificial. La disrupción no es solo técnica, también es estructural y organizacional”, declaró. Añadió que la IA puede aportar valor si se aplica con una visión interdisciplinar que contemple sus implicaciones en el diseño del trabajo y la gestión empresarial.
Colaboración público-privada como motor de impulso
El foro contó también con la participación de la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González, quien resaltó el papel de la colaboración público-privada en el desarrollo de la IA. González defendió que el trabajo conjunto entre administraciones y empresas puede situar a España en una posición de liderazgo industrial en el contexto de la transformación digital.
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, insistió en que las empresas deben compartir herramientas y experiencias para facilitar la adopción de la IA en las pymes y contribuir a la mejora de la competitividad nacional. Valero Marín, presidente de IndesIA, cerró el acto subrayando el papel de la asociación como nexo entre el sector privado y las instituciones públicas, y recordando que los proyectos estratégicos que ya están en marcha comienzan a mostrar resultados concretos.