Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
“Desde hace varios años, venimos hablando de la transformación digital como un fenómeno imparable, al que ninguna compañía o sector pueden eludir si quieren sobrevivir no ya en el futuro, sino en el presente. Sin embargo, pese a la evidencia de esta afirmación, este proceso tiene una asignatura pendiente que es imprescindible que las compañías aborden”, ha afirmado hoy Javier Langa, Research & Development Manager de Kaizen Institute, en su participación en el Congreso Advanced Factories sobre la Industria 4.0 que se celebra del 8 al 10 de junio en Barcelona. y donde se debate y se dan a conocer las experiencias industriales de empresas líderes que han apostado por la automatización, la robótica y las tecnologías 4.0 para mejorar su productividad.
Javier Langa ha explicado que “el 96% de las empresas reconocen que sus empleados no están cien por cien preparados para las soluciones digitales que están implantando y el 57% de las empresas industriales no hacen un uso significativo de los datos para facilitar la mejora de procesos o la toma de decisiones o lo que es lo mismo, las empresas gestionan datos, pero luego sus empleados no sabe aplicarlos”.
El Manager de Kaizen Institute ha señalado que “si queremos que la transformación digital sea una realidad, es necesario construir un modelo para el desarrollo de las competencias digitales de la empresa”.
En este sentido, ha afirmado que uno de los problemas que tienen las compañías cuando abordan la transformación digital es que se centran en la solución tecnológica, cuál es el mejor software o la mejor automatización que hay en el mercado. Pero no se plantean cómo desarrollar las competencias digitales de las personas que van a utilizar esas herramientas o soluciones digitales y cómo conseguir monitorizar y actualizar con el tiempo ese desarollo, de manera que no sea algo puntual.
“La mayoría de las empresas cuando implantan un nuevo software, hacen un proceso de formación puntual. Pero luego hay rotación en los equipos, las personas cambian de puesto, el software se va actualizando y el conocimiento de los usuarios se queda desactualizado”, ha subrayado.
Para resolver este problema, en Kaizen Institute aplican un modelo de monitorización de competencias digitales de la empresa. Se parte de un análisis inicial en el que se identifica cuáles son los grupos de competencias digitales de la compañía que sus profesionales deberían tener y los que deberían incorporar en los próximos años y, en paralelo, se evalúa sobre esa matriz cómo están a día de hoy.
Se compara en cada uno de los roles el conocimiento deseado en la actualidad con el real, evaluando si los usuarios conocen la herramienta de forma teórica y práctica, si son expertos en la solución o si pueden formar a otras personas. Son diferentes niveles de evaluación. A partir de aquí se construye un plan de formación anual en el que se analiza cuál es la situación de cada persona, cuál es el objetivo del año y se establece un plan de formación anual que tiene un enfoque práctico.
El objetivo es construir ese sistema de monitorización para revisar el nivel de competencia de manera periódica y ver la evolución de las personas, si hay riesgo en algún puesto y generar un plan de formación individualizado.
Asimismo, desde Kaizen advierten que, además de ese plan de monitorización, hay que segmentar por perfiles aquellas competencias que se desea tener a nivel de usuario, de tal manera que estos sean expertos en la herramienta y no haga falta el apoyo de especialistas de los departamentos de IT. Por otra parte, es importante identificar qué roles específicos se deben tener a nivel de especialistas o key users, es decir, de aquellas personas que dan soporte al resto de compañeros dentro de su departamento.
“Gracias a la aplicación de este método, se puede garantizar que las compañías saquen el máximo rendimiento a las soluciones tecnológicas que implementan y, lo que es más importante, los usuarios sean capaces de interpretar los datos que estas aportan para mejorar los procesos y, por tanto, la eficacia, la eficiencia y el éxito de la compañía”, ha concluido Javier Langa.