Las grandes urbes siempre han tenido una alta concentración de población y el número de habitantes no deja de aumentar. De hecho, de acuerdo con los datos del Banco Mundial, el 81% de la población española es urbana y en 2050 se prevé que alrededor de 6.300 millones de personas vivan en ciudades, según la ONU.
Más gente significa más tecnología y más tecnología se traduce en más datos. La creciente digitalización y las nuevas tecnologías han impulsado a los gobiernos a apostar por una transformación digital actualizando sus infraestructuras. Para hacer frente a esta nueva realidad, han entrado en juego las Smart Cities o Ciudades Inteligentes, capaces de utilizar la tecnología con el objetivo de mejorar la vida en las ciudades.
En España, por ejemplo, se ha desarrollado el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, un proyecto del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que cuenta con un presupuesto total de 15 millones de euros, y que estará vigente hasta 2023, para transformar y modernizar la economía y sociedad, según recoge la Agenda Digital para España; contribuyendo con ello a conseguir que el peso del sector industrial en el PIB español sea del 20%.
En este nuevo escenario en el que se han implementado innovaciones en el transporte, la energía, los servicios públicos, la seguridad o el ocio, entre otros, se generan un gran volumen de datos que los gobiernos no están pudiendo asumir con eficiencia. De hecho, según el último informe 2022 State of Data in Motion Report de Confluent, el 73% de los responsables de la toma de decisiones en materia IT no disponen de capacidades para garantizar la integridad de los datos.
Un área de alta prioridad para los gobiernos es la de las situaciones críticas de respuesta, donde la puntualidad es clave para poder hacer frente a los problemas y mitigar las emergencias. Según el mismo informe de la compañía, el 76% de los responsables de IT afirmaron que la integración oportuna de los datos en tiempo real procedentes de diferentes aplicaciones es muy, o extremadamente, importante para los procesos de misión crítica. Los datos en tiempo real proporcionan visibilidad sobre las operaciones actuales en toda la ciudad y es necesario que haya una manera fácil de acceder y filtrar múltiples fuentes de datos que permitan intervenir cuando surge un problema. Además, cuando los sistemas están fuera de servicio, son incapaces de detectar amenazas, lo que deja los puntos de acceso vulnerables a las brechas de seguridad.
Soluciones del Data in Motion
El volumen de datos no siempre es consistente y puede variar diaria, semanal, mensual y anualmente según las actividades de los ciudadanos. Para combatir los problemas de capacidad de las bases de datos tradicionales, se pueden adoptar servicios en la nube que se reducen y crecen con el movimiento de los datos.
La nube presenta otras ventajas, como el ahorro de costes, la simplicidad, la resistencia y la seguridad, algo que preocupa al 69% de las compañías, según datos del Report de Confluent. Todo ello, combinado, fomenta un entorno flexible para que los desarrolladores colaboren en cualquier lugar y en todas partes con la tranquilidad de que la infraestructura subyacente de la nube cuenta con medidas de prevención de pérdidas y recuperación de desastres. El hecho de estar basado en la nube también significa que las aplicaciones y el software se actualizan automáticamente para que los desarrolladores puedan centrarse en el valor añadido en lugar de en el mantenimiento o la dotación de recursos.