Sendinblue, ha lanzado su calculadora de huella de carbono para que las empresas y particulares de cualquier parte del mundo puedan conocer el impacto medioambiental de sus campañas de email marketing.
El proyecto destaca la responsabilidad social que las empresas deben tener en cuenta y señala cómo se pueden evitar emisiones de CO2 adicionales al modificar ciertas operaciones de la empresa e integrar nuevas características a la plataforma.
¿Cuánto CO2 emite un correo electrónico?
Normalmente, asociamos las emisiones de CO2 con los tubos de escape de los vehículos, pero cada interacción que tenemos en la red, alguna más que otra, supone un impacto medioambiental. Desde ver una película en streaming hasta descargar una imagen en la red genera emisiones de CO2.
Pensar en la huella de carbono de un email es complejo porque la mayoría de los elementos que se usan para enviarlo o recibirlo no están a la vista.
Por este motivo, Sendinblue ha creado esta calculadora con el objetivo de aportar a las compañías una valoración de la emisión de CO2 de sus campañas de emailing. El simulador revela las emisiones de CO2 en función de los correos electrónicos enviados mensualmente y se ajusta según la ubicación del usuario.
Para obtener estos datos, Sendinblue ha realizado un análisis exhaustivo con la compañía Aktio a partir de los datos obtenidos en sus propias campañas. Según este estudio, un correo electrónico produce una media de 0,174 g de CO2, y una campaña de emailing de 2.000 correos genera 350 g de CO2, casi un tercio menos que la emisión de un spot publicitario de 30 segundos*. Además, el análisis reveló que los clientes de Sendinblue ahorran alrededor de 707 000 toneladas de emisiones de CO2 al año al usar el correo electrónico en lugar del correo físico.
Medir primero para actuar después: el ejemplo de Sendinblue a sus clientes
Además, Sendinblue ha querido analizar su propio impacto a partir de las emisiones directas e indirectas de su operativa diaria en todo el mundo. Respecto a las emisiones directas, ha tenido en cuenta el uso de la calefacción de sus instalaciones; y en las emisiones indirectas ha estudiado el impacto medioambiental de la compra de electricidad para sus infraestructuras, los viajes de negocios de los empleados y las compras que realiza la compañía.
Tras esta evaluación, Sendinblue comprobó que en el año 2020 generó un total de 4.552 toneladas de CO2, un dato que el equipo directivo decidió abordar para reducir su impacto. Tras evaluar la situación, determinaron llevar a cabo cuatro medidas que se convertirán en el pilar de su reducción de CO2 en el futuro: formar a sus empleados para que reduzcan su huella de carbono; desarrollar una política de RSC involucrando a nuevos proveedores; identificar y apoyar iniciativas ambientales; y desarrollar nuevas implementaciones para reducir en la medida de lo posible la huella de carbono de Sendinblue.
“Este análisis establece un punto de partida para nuestra industria. Enseña una clara fotografía del impacto medioambiental de la actividad que servirá, sin lugar a duda, para que todos los implicados tomemos medidas al respecto, asumiendo nuestra responsabilidad y estableciendo nuevos caminos realistas para limitar nuestras emisiones”, recalca Laura Parra