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La UE y el futuro incierto de ASML en la guerra de chips entre EE.UU. y China

La UE y el futuro incierto de ASML en la guerra de chips entre EE.UU. y China

  • ASML enfrenta desafíos en medio de tensiones entre EE.UU. y China, mientras la UE lucha por definir una estrategia para proteger su industria tecnológica clave.
Intel - Hot Chips 2024

El gigante holandés de los , , uno de los mayores fabricantes mundiales de equipos avanzados de litografía, está atravesando una situación crítica en medio de la creciente tensión geopolítica entre Estados Unidos y . Según un análisis reciente de Wester van Gaal en EUObserver, la compañía se ha visto atrapada en las disputas comerciales y tecnológicas entre ambas potencias, mientras la Unión Europea y el gobierno holandés no han logrado ofrecer una respuesta clara y unificada que proteja sus intereses a largo plazo.

Recientemente, ASML experimentó una caída abrupta en el valor de sus acciones, perdiendo un 17% de su capitalización bursátil tras la publicación accidental de sus resultados del tercer trimestre un día antes de lo previsto, lo que representó una pérdida de 50.000 millones de euros. Christophe Fouquet, el nuevo CEO de la compañía, intentó mitigar el impacto con una postura optimista, aunque reconoció que ciertos segmentos del negocio “están tardando más en recuperarse”. Sin embargo, las preocupaciones entre los inversores aumentaron, y las acciones cayeron un 3% adicional tras la llamada con inversores el 16 de octubre.

El impacto de los controles de exportación y la tensión entre Estados Unidos y China

Lo que verdaderamente preocupa a ASML, según van Gaal, no son solo los resultados financieros a corto plazo, sino el impacto de las restricciones comerciales impuestas a China, uno de sus mercados más importantes. Desde 2019, Estados Unidos ha ejercido presión sobre el gobierno holandés para que limite la exportación de tecnología avanzada a China, lo que ha afectado considerablemente a ASML. La situación ha generado incertidumbre en torno a sus operaciones, algo que el CFO de la empresa, Roger Dassen, calificó como «una cuestión fuera de nuestro control».

ASML se encuentra atrapada en un fuego cruzado entre dos superpotencias. Aunque los controles de exportación han sido aplicados bajo el argumento de la seguridad nacional, cada vez hay más señales de que los intereses económicos de Estados Unidos están desempeñando un papel clave en la restricción del acceso chino a las tecnologías avanzadas. Sin una respuesta sólida de la Unión Europea ni del gobierno holandés, la empresa se enfrenta a un futuro incierto en este entorno volátil.

Como señala Rem Korteweg, experto en geopolítica del Clingendael Institute, «cuando dos elefantes bailan, la hierba sufre», subrayando la vulnerabilidad de ASML en esta lucha de titanes. La falta de una estrategia europea coordinada está exponiendo a una de las principales empresas tecnológicas del continente a los vaivenes de las tensiones entre Estados Unidos y China.

Caída de acciones y perspectivas a largo plazo

Pese a la magnitud de la caída bursátil, los controles de exportación no han afectado sustancialmente los resultados financieros inmediatos de ASML. Las ventas trimestrales alcanzaron niveles récord, aunque las órdenes a largo plazo se situaron por debajo de las expectativas, lo que llevó a la compañía a reducir su previsión de ingresos para 2025, proyectando ventas entre 30.000 y 35.000 millones de euros, 5.000 millones menos de lo estimado previamente.

Aun así, las proyecciones a largo plazo para ASML siguen siendo optimistas, con una demanda esperada en aumento hasta el final de la década. En 2023 y 2024, las ventas a China se incrementaron notablemente debido a una compra masiva de equipos por parte de empresas chinas antes de la entrada en vigor de las sanciones estadounidenses. Durante el tercer trimestre, China representó el 49% de las ventas de ASML, aunque se espera que este porcentaje se reduzca al 20% en 2024, una cifra que Dassen describió como “normalmente histórica”.

Falta de coordinación en la UE y propuestas de solución

La respuesta política tanto de los Países Bajos como de la Unión Europea ha sido confusa y desarticulada. Mientras el nuevo gobierno holandés, bajo la dirección de Dick Schoof, ha mostrado disposición para alinearse con las restricciones impuestas por Estados Unidos, la falta de una posición firme por parte de la UE agrava la situación. En septiembre, la ministra de Comercio, Reinette Klever, anunció nuevas medidas que limitarán la capacidad de ASML para reparar equipos de semiconductores vendidos a China, citando razones de seguridad nacional.

Fouquet ha expresado su frustración ante la falta de una oposición europea a la creciente presión estadounidense, y ha sugerido que las restricciones parecen estar motivadas más por intereses económicos que por preocupaciones de seguridad nacional. Hasta el momento, ni la UE ni los Países Bajos han dado indicios de que tomarán una postura más firme frente a estas limitaciones.

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La falta de una estrategia europea coordinada entre las principales potencias del continente, como Alemania y Francia, complica aún más la situación. Korteweg subraya que, aunque los controles de exportación son competencia de los Estados miembros, las implicaciones de estas decisiones tienen un impacto más amplio en toda la región. ASML, aunque es una empresa holandesa, depende de una red de proveedores europeos, lo que significa que las consecuencias de estas restricciones repercuten en múltiples países.

Hacia una mayor autonomía industrial europea

Algunos analistas sugieren que debe adoptar un enfoque más integrado para proteger sus intereses en la industria de los semiconductores. En un reciente informe sobre el mercado único, el ex primer ministro italiano Enrico Letta abogó por una mayor centralización de las decisiones sobre «seguridad económica» y políticas industriales dentro de la UE, destacando que ASML no es solo un activo holandés, sino europeo.

Sin embargo, la posibilidad de una mayor centralización en las políticas de control de exportaciones parece remota. Una propuesta más factible es la creación de un “club de entre Estados Unidos y la Unión Europea, que funcione de manera similar a los acuerdos de cooperación en minerales críticos, con el objetivo de coordinar la producción de semiconductores y establecer controles conjuntos de exportación.

Para proteger a empresas clave como ASML, Europa debe mejorar su capacidad de análisis e inteligencia independiente, reduciendo su dependencia de la información proporcionada por Estados Unidos. Solo así podrá evaluar de manera más equilibrada los riesgos y beneficios asociados a las exportaciones tecnológicas y establecer una postura autónoma y sólida frente a las presiones externas.

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