Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El sector asegurador está evolucionando muy rápidamente. El futuro de la industria pasa por una necesaria transformación digital y por la incorporación de soluciones innovadoras basadas en las últimas tecnologías como el Procesamiento de Lenguaje Natural (PLN), la Inteligencia Artificial o el Machine Learning, que permiten acelerar la toma de decisiones y ganar en transparencia y precisión.
Sin embargo, una transformación digital profunda requiere de un cambio cultural en la organización y de una inversión financiera a menudo significativa, lo que sin lugar a dudas ampliará la brecha entre aquellas que decidan dar el paso y las que no puedan afrontar estos retos.
De ahí la importancia de asegurar el retorno de la inversión trabajando caso por caso, resolviendo problemas concretos que han lastrado la industria durante décadas y a los que hoy la tecnología permite hacer frente.
Estas fueron algunas de las conclusiones de la mesa redonda que se llevó a cabo en el marco de EFMA Live Inspire Change 2021 , evento internacional de referencia en el sector, en el que ha participado José Antonio Molleda, Global Head of Product Management and Innovation Home Assistance de Allianz Partners y Chief Digital, Innovation and Human Resources de Multiasistencia, junto a otros expertos de la industria de todo el mundo.
Durante la jornada se abordaron las claves sobre la priorización de las iniciativas en un mundo rápido y cambiante o los retos que plantea el uso de los datos a la hora de desarrollar nuevos productos.
Los ponentes coincidieron también en que los activos digitales son un elemento imprescindible a la hora de optimizar los procesos existentes y ofrecer mejores servicios, así como una experiencia del cliente superior.
Por otra parte, recalcaron la importancia de contar con una cultura corporativa que fomente la innovación y las nuevas formas de trabajo que permitan responder de manera ágil a problemas concretos y aseguren un retorno positivo a corto, medio y largo plazo.
“Trabajar bajo una lógica de casos de uso permite conservar el foco en la resolución de puntos de dolor o ineficiencias concretas del proceso, atendiendo en todo momento a los resultados y garantizando un mejor retorno de la inversión tecnológica.”, sostiene J. A. Molleda.