Según un nuevo informe del Instituto de Investigación Capgemini, «Conectando los puntos: intercambio de datos en el sector público”, una gran mayoría (80%) de las organizaciones del sector público encuestadas en todo el mundo ha empezado a poner en marcha iniciativas de ecosistemas de datos[1] colaborativos , reconociendo así la necesidad de un enfoque conjunto basado en los datos para abordar los complejos retos a los que se enfrentan. Sin embargo, prácticamente la totalidad de las organizaciones se encuentra en las primeras fases de implantación, y pocas han desplegado ecosistemas de datos a gran escala. Además de los retos tecnológicos, los retos basados en las personas son la principal preocupación, fundamentalmente, la cultura y la confianza.
[1] A efectos de esta investigación, un ecosistema de datos del sector público se define como: «un sistema de colaboración de datos en el que participa una entidad del sector público junto con otras organizaciones privadas y/o públicas y/o ciudadanos. Estas iniciativas de colaboración de datos deben beneficiar a las organizaciones públicas que participan en el ecosistema y/o a otros beneficiarios objetivo, como los ciudadanos, y ayudarles a alcanzar sus objetivos estratégicos generales y su misión».La investigación de Capgemini revela que aquellos que han desplegado ecosistemas de datos colaborativos o están en plena fase de despliegue, ya están obteniendo beneficios significativos como resultado de la puesta en común efectiva de datos, incluida una experiencia ciudadana mejorada y una conveniente elaboración de políticas basadas en datos.
Afrontar los retos operativos y sociales mediante el intercambio eficaz de datos
El informe señala que los ecosistemas de datos colaborativos están ayudando a las organizaciones del sector público en áreas funcionales clave como administración, seguridad y defensa, fiscalidad y aduanas, y bienestar. Por ejemplo, el 81% de las administraciones locales, estatales y centrales que han desplegado o están desplegando ecosistemas de datos, afirma que ha mejorado la participación ciudadana y el 69% sus hojas de ruta de sostenibilidad. El 93% de los encuestados también destaca un aumento en el Gobierno Abierto.
Además, los ciudadanos pueden beneficiarse de mejores servicios gubernamentales, como una prestación más específica de los programas de bienestar para los ciudadanos más vulnerables, y una mejora de la seguridad pública, ya que los departamentos de policía aluden a una aplicación jurídica notablemente superior y una mejora de los tiempos de respuesta. El 74% de las organizaciones del sector público que han desplegado o están desplegando ecosistemas de datos, también está observando una mayor resistencia frente a las ciber-amenazas.
Tendencias de adopción y barreras
El informe concluye que las barreras relacionadas con la confianza, la cultura y la tecnología, impiden actualmente una adopción más amplia. Por ejemplo, el 56% de los encuestados se enfrenta a uno o más retos relacionados con la confianza, incluyendo, entre otros, retos como la resistencia de los ciudadanos a la hora de compartir datos y la falta de confianza en la calidad de los datos implicados.
La investigación también destaca el importante papel del talento. Las organizaciones del sector público necesitan disponer de las competencias adecuadas y de una cultura basada en los datos dentro de sus organizaciones, además de desarrollar un programa holístico de capacitación para dotar a los empleados de las habilidades necesarias de gestión de datos e Inteligencia Artificial, así como aquellas relacionadas con la gestión de la privacidad de los datos. Solo el 55% de las organizaciones declara haber formado a sus empleados sobre el uso ético de los datos de los ciudadanos.
Generar confianza con la tecnología de preservación de la privacidad
Integrar la seguridad y la privacidad en el diseño es fundamental para el éxito de los ecosistemas de datos colaborativos, ya que permite a las organizaciones públicas equilibrar las ventajas de compartir datos con la necesidad de salvaguardar la privacidad de los mismos. Para ello, también es necesario desarrollar estructuras de gobernanza sólidas, arquitecturas de red de datos[1] y el uso de tecnologías de mejora de la privacidad (PET), como la privacidad diferencial[2], el aprendizaje federado[3] y el cifrado homomórfico[4].
[1] Arquitectura de red de datos permiten definir y gestionar de forma centralizada las políticas de gobernanza de datos. En el contexto de los ecosistemas de datos, esto garantiza que la seguridad y el cumplimiento en el ecosistema se gestionen de acuerdo con un conjunto común de normas y políticas.[2] Privacidad diferencial es una técnica que introduce ruido estadístico al realizar un análisis de datos en un conjunto de datos para enmascarar características identificables de los individuos dentro de ese conjunto de datos.
[3] Aprendizaje federado es un enfoque descentralizado para desarrollar modelos de aprendizaje automático que permite entrenar algoritmos de IA utilizando datos almacenados localmente en múltiples fuentes distribuidas. Como resultado, no es necesario agrupar los datos en una ubicación centralizada, lo que ayuda a proteger la privacidad de los datos sensibles.
[4] Cifrado homomórfico es una técnica que permite realizar cálculos matemáticos sobre datos cifrados sin descifrarlos previamente. Los resultados de los cálculos permanecen cifrados y sólo pueden descifrarse con la clave de descifrado correcta. De este modo, el cifrado homomórfico puede permitir a las organizaciones compartir datos sensibles para su procesamiento y análisis, sin revelar los datos originales.
