
Las empresas tienen la capacidad de reducir hasta un 50% de las emisiones globales mediante cambios en los hábitos de consumo y movilidad, según un reciente informe sobre sostenibilidad. El documento destaca el impacto significativo de decisiones operativas y de comportamiento, tanto a nivel corporativo como individual, en la lucha contra el cambio climático.
El informe, elaborado por Concentrix, analiza el papel de la movilidad laboral como una fuente relevante pero a menudo infraestimada de emisiones de alcance 3 —aquellas generadas por actividades indirectas como los desplazamientos de los empleados—. Estas emisiones pueden representar una proporción sustancial del total de gases de efecto invernadero vinculados a la actividad de una empresa.
Movilidad sostenible y emisiones de alcance 3
Una estrategia enfocada en la movilidad sostenible dentro de las organizaciones, especialmente aquellas con operaciones globales, podría reducir de forma significativa las emisiones asociadas a los desplazamientos laborales. Según el estudio, estas medidas podrían contribuir a una disminución de hasta la mitad de las emisiones relacionadas con el transporte diario de los trabajadores.
En paralelo, se pone en valor la influencia de las acciones individuales. En una campaña coordinada a nivel global, más de 51.000 personas en 69 países adoptaron hábitos sostenibles como caminar, seguir dietas veganas o limitar el uso del coche. Esta iniciativa permitió evitar la emisión de aproximadamente 1,9 millones de kilos de CO₂, lo que equivale a retirar 475 automóviles de la circulación durante un año completo.
Tecnología e inteligencia artificial para la gestión ambiental
El documento también subraya cómo la inteligencia artificial y otras tecnologías digitales están transformando la manera en que las organizaciones gestionan sus consumos y emisiones. Entre las soluciones más implantadas se encuentran los sistemas de gestión energética (EMS, por sus siglas en inglés), que utilizan IA para analizar datos de consumo en tiempo real y automatizar decisiones de eficiencia energética.
Solo en el último año, una plataforma EMS procesó de forma automática más de 2,4 millones de facturas energéticas, facilitando la trazabilidad de consumos y la elaboración de auditorías medioambientales. Esta tecnología no solo permite una mejor adaptación a los picos de demanda, sino que también simplifica la integración con sistemas de contabilidad de carbono, lo que mejora la capacidad de respuesta frente a exigencias regulatorias y objetivos de descarbonización.
Diseño eficiente de espacios de trabajo
Otro de los factores analizados en el informe es la influencia del entorno físico en el consumo energético corporativo. El diseño de oficinas con criterios de sostenibilidad —incluyendo sistemas de iluminación LED, climatización eficiente y materiales con baja huella ambiental— contribuye de manera directa a la reducción del impacto ecológico de las actividades empresariales.
En esta línea, varias sedes corporativas han alcanzado altos estándares en certificaciones medioambientales. Como ejemplo, un edificio ubicado en Barcelona ha logrado la máxima puntuación registrada a nivel mundial bajo el sistema de certificación LEED PLATINUM en su categoría, con 92 puntos.
Acción acumulativa y digitalización como acelerador
Los resultados del estudio confirman que los desafíos de la sostenibilidad no se limitan a cuestiones estructurales o regulatorias. La agregación de decisiones individuales, empresariales e institucionales puede tener un efecto multiplicador en la transición hacia un modelo más resiliente y eficiente desde el punto de vista ambiental.
La digitalización se presenta, en este contexto, como una herramienta crítica para acelerar este proceso. Gracias a algoritmos predictivos y tecnologías avanzadas de recopilación de datos, hoy es posible anticipar fenómenos ambientales, optimizar procesos y fomentar prácticas de bajo impacto en múltiples niveles operativos.
Certificación medioambiental y liderazgo operativo
El reconocimiento de prácticas sostenibles en el entorno corporativo sigue aumentando. Las certificaciones de edificios, como LEED, BREEAM o WELL, funcionan como instrumentos de validación externa del desempeño medioambiental. Además, estos estándares exigen la implementación de medidas concretas, verificables y alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los ejemplos actuales muestran que alcanzar estos estándares no depende exclusivamente de grandes inversiones, sino también de una integración efectiva de la tecnología en la toma de decisiones diarias. Desde la monitorización energética hasta el diseño arquitectónico, las empresas disponen de múltiples palancas para actuar de forma directa sobre su impacto ambiental.
Perspectiva para el sector empresarial
Los datos reflejados en este informe sugieren que las compañías, independientemente de su tamaño, pueden desempeñar un papel fundamental en la mitigación del cambio climático mediante ajustes operativos y estratégicos. La movilidad laboral, el uso de tecnologías predictivas, el diseño eficiente de instalaciones y la implicación de los empleados son factores clave para avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible.
Aunque los desafíos globales siguen siendo amplios, el informe pone de manifiesto que el progreso puede lograrse a través de decisiones acumulativas y cambios progresivos. La sostenibilidad, en este sentido, se perfila no solo como un objetivo regulatorio, sino como una dimensión operativa integrada en la gestión diaria de las organizaciones.