
La gestión del agua es uno de los retos medioambientales más críticos en la actualidad. Según el Foro Económico Mundial, factores como el cambio climático, el crecimiento demográfico y la deficiente planificación han llevado a que el 50 % de los recursos mundiales de agua potable se encuentren degradados. En este contexto, la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una herramienta clave para fortalecer la resiliencia hídrica y optimizar el uso de los recursos.
Un informe reciente de la Comisión Europea destaca la urgencia de adoptar medidas que garanticen la sostenibilidad del agua, mientras que empresas tecnológicas como Xylem Vue, en colaboración con Idrica, han identificado cinco aplicaciones fundamentales de la IA para transformar la gestión hídrica en 2025. Estas soluciones buscan mejorar la eficiencia operativa, reducir costes y promover un uso más sostenible del agua.
1. Optimización dinámica en plantas de tratamiento
Uno de los avances más relevantes es la aplicación de la IA en la optimización de procesos dentro de las plantas de tratamiento de agua. En 2025, los sistemas inteligentes ajustarán en tiempo real variables como la dosificación de reactivos y el control de líneas de tratamiento. Gracias a los gemelos digitales, será posible simular distintos escenarios y prever problemas operativos antes de que ocurran, lo que fortalecerá la resiliencia de las infraestructuras hídricas ante fenómenos extremos.
Además, la implementación de algoritmos avanzados permitirá optimizar el uso de energía en estas instalaciones, reduciendo su impacto ambiental y mejorando la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos.
2. Predicción precisa de la demanda de agua
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta clave para anticipar picos de consumo y mejorar la planificación de la distribución del agua. En 2025, la integración de modelos predictivos permitirá a las utilities ajustar automáticamente el suministro y almacenamiento de agua en función de patrones de uso y condiciones climáticas en tiempo real.
Estos sistemas ayudarán a reducir el desperdicio de agua y mejorar la capacidad de respuesta ante cambios en la demanda derivados de eventos climáticos extremos o variaciones en el comportamiento de los consumidores. De esta manera, las empresas del sector podrán adoptar estrategias más proactivas y eficientes.
3. Optimización del consumo energético
Las plantas de bombeo y estaciones de tratamiento de agua son grandes consumidoras de energía. La IA está ayudando a reducir este consumo mediante modelos predictivos que ajustan la operación de estos sistemas en función de la demanda y las condiciones ambientales.
Las soluciones actuales ya han logrado disminuir el consumo energético en un 25 %, pero en 2025 se espera que sean aún más precisas gracias a la integración de datos meteorológicos y patrones de consumo en tiempo real. Esto permitirá reducir costes operativos y minimizar la huella de carbono del sector hídrico.
4. Detección predictiva de fugas y anomalías
Uno de los mayores desafíos en la gestión del agua es la detección temprana de fugas y fraudes. En 2025, la IA jugará un papel determinante en la identificación de anomalías en tiempo real, reduciendo las pérdidas y optimizando los costos de mantenimiento.
Los sistemas inteligentes podrán analizar grandes volúmenes de datos provenientes de sensores y redes de distribución, identificando patrones irregulares en el flujo del agua. Además, estas soluciones permitirán notificar a los usuarios sobre posibles problemas en sus instalaciones, promoviendo un consumo más consciente y eficiente.
5. Optimización del tratamiento de aguas residuales
El tratamiento de aguas residuales es otra área en la que la inteligencia artificial está marcando la diferencia. En 2025, los sistemas predictivos ajustarán automáticamente los procesos críticos para garantizar el cumplimiento de normativas ambientales más estrictas.
Los gemelos digitales serán utilizados para simular variaciones en la calidad del agua y prever posibles desafíos antes de que ocurran. Esto permitirá mejorar la eficiencia en el tratamiento y garantizar una mayor sostenibilidad en la gestión de las aguas residuales.
El papel de la colaboración público-privada
La adopción de inteligencia artificial en la gestión del agua no solo dependerá de la innovación tecnológica, sino también de la colaboración entre entidades públicas y privadas. Según José Sánchez, Head of Client Delivery en Idrica, la IA seguirá siendo un pilar fundamental para la gestión sostenible del agua, permitiendo a las empresas optimizar operaciones y reducir costes mediante el análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real.
El desarrollo de soluciones basadas en IA requerirá inversiones estratégicas y regulaciones adaptadas para maximizar su impacto. A medida que avanza 2025, la integración de estas tecnologías será clave para garantizar una gestión eficiente y sostenible del agua, en un contexto marcado por la creciente escasez de recursos hídricos y la necesidad de reforzar la resiliencia hídrica a nivel global.