Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El Mobile World Congress, un cita imprescindible para la industria tecnológica, no es un espectáculo de entretenimiento, no es la Disneyland de la tecnología, no (está pensada para divertirnos una semana). Es un evento de empresas y profesionales que se reúnen para generar negocio y ser el centro de la discusión y el debate que define el futuro de la industria.
Desde este punto de vista, el MWC22 ha sido tremendamente positiva a pesar de las circunstancias adversas que lo rodeaban.
Si nos fijamos en las cifras que facilitó la organización, este año se han superado los 60.000 visitantes, que era el máximo previsto, de los cuales el 50 por ciento eran directores y ejecutivos de la C-Suite y el 20 por ciento directores generales y fundadores en representación de casi 200 países y territorios. Sí, estamos lejos de los 109.000 visitantes de 2019, pero más cerca de esta cifra que de los 21.000 del año pasado.
Además de los asistentes presenciales, este año se alcanzaron cerca de 500.000 espectadores únicos virtuales diarios, más de 1.000 ponentes, de los cuales el 97% estuvo en persona en el congreso y más de 1.600 periodistas acreditados.
Para los que gustan de las comparaciones, recordemos que este año el CES tuvo un caída de asistentes del 73 por ciento con respecto a la última edición presencial del 2020 (antes de que comenzaran las restricciones por la pandemia) con una representación de 119 países frente a los 200 del MWC. Sin duda una referencia a tener en cuenta para valorar el éxito del evento.
Como ha dicho John Hoffman, Director General de la GSMA, en el cierre del evento, “No hay nada comparable con el MWC en persona, y ha sido emocionante volver a reunir a nuestra comunidad, tan apasionada por la conectividad, para debatir sobre las oportunidades que tenemos por delante”.
Para mí, este ha sido uno de los triunfos de esta edición 2022. El reencuentro con amigos, compañeros, clientes o colaboradores con los que hacía más de dos años que no nos veíamos en persona. Ya nos hemos adaptado al trabajo híbrido, pero nunca vamos a poder prescindir del contacto personal y la conversación cara a cara, necesitamos, parafraseando el lema del evento, una conectividad desatada.
Siguiendo esta necesidad compartida con todos los asistentes de contacto personal, este año he dado más importancia a las reuniones que a las keynotes y presentaciones. Por ello tuve la oportunidad de reunirme y hablar con los principales actores de la industria y, además de conocer sus propuestas de nuevos productos y servicios, pude pulsar sus impresiones sobre el evento.
Antes del evento las agendas de reuniones estaban completas, durante el evento las salas y las presentaciones privadas, llenas y las previsiones de cerrar acuerdos y generar negocio son muy altas. En definitiva, las sensaciones entre los asistentes y los expositores son muy positivas, lo que para mi se traduce en otro triunfo de esta edición.
En cuanto a contenidos y novedades, este año la estrella más mediática fue, como no, el metaverso. Aunque lo que hemos visto está muy lejos de lo que realmente puede llegar a ser, nos encontramos claramente frente a una nueva revolución de lo que será nuestra experiencia de internet. A ver cuanto tiempo tarda la organización en cambiar el nombre a Metaverse World Congress. Recordemos que el evento ha cambiado ya varias veces de nombre, comenzando con GSM World Congres y 3GSM World Congress. Resulta fundamentel ir adaptándose a la realidad del mercado.
Aunque muchos lo consideran ya repetitivo y cansino, seguimos hablando de 5G, pero estos que se preparen porque estamos solo en los comienzos. 2022 será el año del 5G con más de 1.000 millones de conexiones y 2.000 millones para 2025. El ritmo de adopción del 5G es el más rápido en comparación a las anteriores generaciones y las operadoras de telecomunicaciones ya han pasado de los proyectos pilotos a los casos de uso, de los cuales hemos visto muchos este año.
Otro protagonista destacado, pero menos mediático, son las redes 5G Privadas. Todos los fabricantes y proveedores de tecnología han mostrado sus propuestas y ésta será una de sus líneas de negocio principal para los próximos años, integrándose en plataformas tecnológicas con edge computing, internet de las cosas, inteligencia artificial y multicloud.
¿Estamos yendo a un mercado donde las tecnológicas se convierten en operadores de telecomunicaciones y las operadoras en tecnológicas?
Otro gran descubrimiento este año, aunque ya se hizo por primera vez en 2021, fue la integración del 4YFN junto con el MWC en el mismo recinto de la Fira de Gran Vía. Para mi es un gran acierto y viendo los resultados espero que continúe siendo así.
Muchísimos asistentes, descubrían por primera vez el evento y se acercaban al pabellón del 4YFN para conocer a más de 500 startups internacionales, presentaciones con más de 300 ponentes y más de 4.000 millones de inversión comprometidos. Entrar en el Hall 6 era como pasar a otro mundo, lleno de gente jóven, mucha energía y una actividad frenética. Durante estos días he podido hablar con algunas startups y en los próximos días publicaremos las entrevistas.
Finalmente también me gustaría destacar una importante agenda institucional, con la presencia como es habitual del Rey y el presidente del gobierno, pero con una intensa actividad de la vicepresidenta primera Nadia Calviño, la secretaria de estado Carme Artigas y todo su equipo y las actividades desplegadas por Red.es, tanto en el pabellón de España como en el pabellón del 4YFN, para a dar a conocer todos los planes de ayudas para autónomos, pymes y startups relacionadas con el plan de recuperación, el Kit Figital y el fondo Next Generation.
Queda mucho por analizar de esta edición del Mobile World Congress, mucho que procesar y asimilar. Ha sido para mi y creo que para todos los asistentes, una fuente de inspiración y de energía que nos puede ayudar a afrontar un futuro que no será fácil, pero sin duda desafiante y emocionante.
Ya queda menos de un año para el MWC23, no es nada personal, solo son negocios.