Un reciente documento de trabajo del Consejo de la Unión Europea, fechado el 16 de septiembre de 2024, revela la oposición de varios estados miembros a las propuestas de desregulación del mercado de telecomunicaciones defendidas por Enrico Letta y Mario Draghi, ex primeros ministros italianos. A pesar de los esfuerzos de la presidencia húngara del Consejo para alcanzar un compromiso, el desacuerdo sigue latente, según señala Euractiv.
Falta de consenso sobre la desregulación
Las propuestas de Letta y Draghi buscan consolidar el mercado europeo de telecomunicaciones para crear operadores más fuertes y competitivos a nivel global. Sin embargo, los estados miembros han expresado su preocupación por los posibles impactos negativos de una desregulación excesiva. Países como Suecia, Países Bajos y Luxemburgo han criticado abiertamente los informes de Letta y Draghi, subrayando que no se han realizado análisis exhaustivos del mercado.
Suecia afirmó que “el informe de Letta no es un análisis exhaustivo del mercado”, mientras que los Países Bajos señalaron que la propuesta de la Comisión Europea, basada en los informes, “sugiere erróneamente que el nivel actual de competencia es un obstáculo” para el crecimiento de los operadores de telecomunicaciones y para alcanzar los objetivos digitales de la UE para 2030.
Reacciones de los estados miembros
Las respuestas escritas de varios países al borrador de conclusiones del Consejo, publicado el 21 de agosto, muestran un rechazo generalizado a la desregulación. Alemania, República Checa, Dinamarca, Estonia, Italia, Malta, Eslovenia y Suecia han solicitado fortalecer las críticas a la desregulación en el texto propuesto por Hungría. Además, Alemania y Eslovenia pidieron incluir referencias a la provisión de servicios universales, para garantizar que todos los ciudadanos, incluidos aquellos con ingresos bajos, puedan acceder a tarifas especiales de telecomunicaciones.
Por otro lado, Francia solicitó aclaraciones sobre cuáles empresas podrían convertirse en los llamados “campeones europeos” en el sector, lo que refleja la incertidumbre sobre los beneficiarios reales de una posible consolidación.
Impacto en la seguridad y la sostenibilidad
El documento de trabajo también aborda preocupaciones en torno a la seguridad y la sostenibilidad del sector. Países como Polonia, Finlandia y Suecia han señalado la necesidad de robustecer los esfuerzos de mitigación ante posibles interferencias de terceros países, como Rusia, que ya han provocado problemas en la gestión del espectro en Europa del Este.
En cuanto a la sostenibilidad, se ha introducido la necesidad de considerar objetivos de digitalización verde en la revisión del programa de la década digital 2030 de la UE. Países como Dinamarca, Francia y Alemania han subrayado que el despliegue de fibra no debe ser la única medida para descarbonizar el sector digital.
Esta inclusión se debe a una petición específica de Francia, que ha llevado a la presidencia húngara a modificar el documento de compromiso para enfatizar que el despliegue de fibra óptica, aunque crucial, debe ser complementado por otras estrategias que reduzcan el impacto ambiental de la infraestructura digital.
Además, varios países de la UE, entre ellos Austria, Bélgica, Bulgaria, Chequia, Estonia, Alemania, Letonia y Eslovenia, han solicitado suavizar la redacción sobre el “apagón del cobre”. Este término se refiere al proceso de reemplazo de las antiguas infraestructuras de red de cobre por nuevas redes de fibra óptica.
Estos países han expresado su preocupación por las posibles consecuencias de una actualización apresurada de la infraestructura, y Hungría ha atendido esta solicitud, modificando el texto para reflejar un enfoque más gradual.
Inversión y bienestar del consumidor
La discusión sobre la inversión pública en el sector también ha generado divisiones. Algunos países, como Dinamarca, Finlandia, Alemania y los Países Bajos, han enfatizado que cualquier referencia a la inversión pública no debe influir en las próximas negociaciones del presupuesto de la UE, previstas para mediados de 2025.
Además, el documento de compromiso refuerza la necesidad de proteger el bienestar del consumidor, destacando la implementación de medidas de servicio universal por parte de la Comisión para asegurar que todos los ciudadanos, incluidos los de bajos ingresos, puedan acceder a servicios de telecomunicaciones a tarifas asequibles.
Abstenciones
Según el documento consultado por Euractiv, Chipre, Grecia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y España no enviaron respuestas escritas a la presidencia húngara. La respuesta de Croacia no se menciona debido a que solo contenía un comentario menor.
El documento tampoco refleja las aportaciones orales realizadas durante la última reunión del grupo de trabajo del Consejo de Telecomunicaciones, celebrada el 5 de septiembre, que Hungría podría haber considerado durante la redacción del texto.
No se incluye la posición de Hungría, ya que, como presidente del Consejo, el país se abstiene de expresar sus propias opiniones.
Próximos pasos de la presidencia húngara
Frente a este escenario, la presidencia húngara del Consejo de la UE ha intentado ajustar su enfoque para reconciliar las diferencias entre las propuestas de Letta y Draghi y la postura crítica de varios estados miembros.
Para ello, ha modificado el borrador inicial del Consejo, eliminando o suavizando ciertas propuestas que generaban controversia. Un ejemplo de esto es la eliminación de la mención a un posible proyecto legislativo sobre la infraestructura de cables submarinos y el refuerzo de la importancia de la gestión del espectro como competencia de los estados miembros.
Con la intención de alcanzar un compromiso viable, la presidencia ha convocado una reunión del grupo de trabajo del Consejo de Telecomunicaciones para el 24 de septiembre. Este encuentro será clave para continuar negociando y ajustando el texto del compromiso, intentando encontrar un terreno común que satisfaga tanto a los defensores de la desregulación como a aquellos que piden más cautela y evaluación de impacto.
Además, la presidencia húngara ha incluido en el texto del compromiso referencias a la necesidad de más esfuerzos de mitigación ante interferencias transfronterizas y ha aceptado la inclusión de propuestas para diversificar los enfoques en la digitalización verde. Sin embargo, se mantiene la intención de explorar alternativas para la consolidación del mercado, como la cooperación industrial, aunque el concepto sigue sin definirse claramente.
El resultado de estas negociaciones será crucial para determinar la dirección que tomará la política de telecomunicaciones de la UE en los próximos años, marcando un punto de inflexión en la regulación del sector en un contexto de creciente competencia global y desafíos tecnológicos.
