
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
La inversión global en infraestructuras de telecomunicaciones disminuyó un 8 % en 2024, según los datos preliminares del informe publicado por Dell’Oro Group. Este retroceso, que afectó tanto a redes móviles como fijas, confirma un cambio de tendencia tras los grandes despliegues de fibra y 5G ejecutados en años anteriores.
La consultora, especializada en análisis de mercados tecnológicos, estima que esta contracción continuará en los próximos años, con una caída del 2 % anual compuesto (CAGR) en la inversión hasta 2027.
En paralelo, los ingresos del sector se mantuvieron prácticamente estables, con un crecimiento previsto del 1 % anual en el mismo periodo. Este desajuste progresivo entre ingresos y gasto en capital llevará a una reducción del índice de capitalización (capex/revenue), que pasará del 16 % registrado en 2024 a un 14 % previsto para 2027.
Descenso sincronizado en capex y ventas de equipamiento
Durante 2024, no solo disminuyó la inversión directa de los operadores, sino también la facturación de los fabricantes de equipamiento. Los seis programas clave analizados por Dell’Oro experimentaron una caída del 11 % en los ingresos, una muestra clara del freno en la adquisición de infraestructuras por parte de las operadoras. La relación entre ingresos, inversión y despliegue de equipos se mantuvo estructuralmente equilibrada, pero con un deterioro generalizado de los indicadores.
“Con parte de los grandes despliegues de fibra y 5G ya finalizados, emergen con mayor claridad las distintas estrategias de riesgo entre operadores”, explicó Stefan Pongratz, vicepresidente de investigación de RAN y Capex en Dell’Oro Group. Según el analista, mientras algunos grupos apuestan por mantener una alta intensidad de capital para asegurar una ventaja competitiva a largo plazo, la mayoría opta por estrategias orientadas a la eficiencia y la contención del gasto, ante un crecimiento limitado del mercado.
Una fase de madurez post-5G condiciona el escenario inversor
La transición desde un ciclo de expansión intensiva hacia una etapa de racionalización está redefiniendo el comportamiento inversor de las operadoras a nivel mundial. Tras años de fuertes inversiones asociadas al despliegue de 5G y la ampliación de redes de fibra, las compañías comienzan a priorizar el retorno sobre la inversión y la eficiencia operativa.
Este enfoque más conservador se refleja en la caída progresiva de la intensidad de capital en redes móviles, que Dell’Oro estima se situará entre el 12 y el 13 % en 2027, frente a los valores máximos registrados durante el auge de 5G. La inversión en infraestructuras físicas comienza a ceder terreno a la optimización de recursos existentes, especialmente en mercados maduros.
Previsiones moderadas para 2025: estabilización con incertidumbre
Aunque el informe anticipa una cierta estabilización de las condiciones de inversión en 2025, los analistas advierten que el ejercicio seguirá siendo exigente tanto para los operadores como para los proveedores de equipamiento. Las perspectivas a corto plazo permanecen limitadas por varios factores estructurales, entre ellos la escasa evolución de los ingresos, el estancamiento del consumo de servicios tradicionales y los efectos colaterales de las tensiones comerciales internacionales.
Una de las variables que podría incidir de forma significativa en las previsiones es el conflicto comercial iniciado por Estados Unidos. Según otro análisis de Dell’Oro, la imposición de aranceles podría encarecer notablemente los equipos de red fabricados fuera del país, lo que afectaría al ritmo de inversión, especialmente en mercados como el estadounidense. Este contexto ha acelerado, además, el interés por modelos de red desagregada que separan hardware y software, con el objetivo de esquivar posibles barreras regulatorias.
Gestión del riesgo y concentración del gasto en tecnologías clave
La estrategia mayoritaria entre los operadores se orienta hacia una contención del gasto, pero con excepciones relevantes. Algunas compañías continúan destinando recursos a iniciativas consideradas estratégicas, como la virtualización de redes, la automatización de operaciones y el despliegue de redes privadas. Estos proyectos se gestionan bajo un enfoque de mayor control financiero, con inversiones más selectivas y escalables.
Asimismo, la divergencia entre operadores refleja también diferencias geográficas. Mientras en algunos mercados emergentes todavía persisten necesidades de expansión de red, en las principales economías las prioridades se centran en la mejora de la eficiencia y la rentabilidad.
La ratio capex/ingresos como indicador de prudencia financiera
El progresivo descenso del ratio capex/ingresos actúa como síntoma de un enfoque financiero más conservador. Si en 2024 este indicador se situaba en torno al 16 %, Dell’Oro anticipa que caerá dos puntos hasta alcanzar el 14 % en 2027. Esta reducción apunta a una evolución del sector hacia una fase de madurez en la que la eficiencia operativa sustituye a la expansión como principal motor de gestión.
Además, esta tendencia refleja una limitación estructural en el crecimiento del mercado, con una base de ingresos que apenas varía año tras año. En ausencia de nuevos motores de demanda, la estrategia de contención del gasto gana peso en la toma de decisiones de inversión.