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Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentó ante el Parlamento Europeo su análisis sobre las conclusiones del Consejo Europeo celebrado el pasado 19 de diciembre de 2024.
En su intervención, delineó una estrategia clara y ambiciosa para enfrentar los desafíos económicos, tecnológicos y estratégicos que afectan a la Unión Europea. Von der Leyen subrayó la importancia de fortalecer la competitividad europea y destacó tres pilares fundamentales para esta misión: la innovación, la transición energética y la resiliencia económica.
El contexto del discurso no puede pasar desapercibido. Se produce en un momento de intensa competencia geopolítica, con potencias como Estados Unidos y China adoptando estrategias basadas en intereses nacionales que redefinen las dinámicas internacionales. En este entorno, la Unión Europea debe responder con una visión pragmática que preserve sus valores fundamentales sin renunciar a la adaptación a las nuevas reglas del juego global.
La realidad de la competencia geoestratégica y la autonomía europea
Von der Leyen comenzó su intervención reconociendo que el mundo ha entrado en una etapa de rivalidad geoestratégica marcada por el predominio de los intereses nacionales en las relaciones internacionales. Esta nueva realidad obliga a Europa a actuar con pragmatismo, sin abandonar los principios que definen su identidad. La presidenta argumentó que la fortaleza económica es el pilar sobre el cual la Unión Europea puede proteger sus valores y desempeñar un papel relevante en el escenario global.
El énfasis en la autonomía estratégica europea refleja un cambio significativo en la visión de las políticas comunitarias. Según Von der Leyen, Europa debe reducir su dependencia de terceros países en sectores críticos como la energía, las materias primas y las cadenas de suministro. Este enfoque no busca promover el aislacionismo, sino garantizar que la Unión Europea pueda actuar desde una posición de fuerza y negociar de manera equilibrada con otros actores globales.
La Brújula de Competitividad: el nuevo norte de Europa
Uno de los anuncios durante la intervención fue la próxima presentación de la Brújula de Competitividad, una hoja de ruta que orientará las acciones de la Unión Europea durante los próximos cinco años. Esta iniciativa, inspirada en las recomendaciones del informe Draghi, tiene como objetivo transformar el consenso político en medidas concretas que refuercen la competitividad de Europa.
Von der Leyen explicó que la Brújula se basará en tres prioridades clave: cerrar la brecha de innovación con los principales competidores globales, coordinar la descarbonización con la competitividad económica y fortalecer la resiliencia económica y la seguridad de las cadenas de suministro. Estas metas reflejan la urgencia de alinear los esfuerzos nacionales y europeos en áreas estratégicas, garantizando que el mercado único actúe como un motor de crecimiento y estabilidad.
La presidenta destacó que, bajo la presidencia polaca del Consejo, la Brújula debe convertirse en una herramienta de acción tangible. En sus palabras, el éxito de Europa en el escenario global depende de su capacidad para trabajar de manera unificada y eficaz, especialmente en sectores de alta tecnología como la inteligencia artificial, la computación cuántica y la biotecnología.
Innovación: el eje de la competitividad europea
Uno de los elementos centrales del discurso fue la innovación como motor clave de la competitividad europea. Von der Leyen, en línea con las recomendaciones del informe Draghi, identificó un problema estructural: el déficit de inversión en áreas tecnológicas cruciales, como la inteligencia artificial, la computación cuántica y la biotecnología, que coloca a Europa en una posición de desventaja frente a competidores como Estados Unidos y China. Según la presidenta, esta situación responde a un círculo vicioso de baja inversión y lenta adopción tecnológica, un problema que requiere una intervención decidida.
Para romper este ciclo, Von der Leyen presentó una estrategia que busca movilizar tanto recursos públicos como privados. Enfatizó que, aunque la inversión pública es esencial, el sector privado debe asumir un papel predominante en la financiación de la innovación.
En este contexto, la Comisión Europea lanzará la Unión Europea de Ahorro e Inversión, una iniciativa que tiene como objetivo facilitar productos financieros que conecten el ahorro privado con proyectos de innovación en toda la Unión. Además, se buscará eliminar las barreras que dificultan el flujo de capital entre los Estados miembros, lo que permitirá canalizar los recursos de manera más eficiente hacia las industrias emergentes.
Von der Leyen también destacó un dato alentador: durante 2024, las empresas europeas aumentaron su inversión en investigación y desarrollo (I+D) un 10%, lo que representa el mayor incremento en una década. Este avance coloca a Europa en el segundo puesto global en términos de inversión privada en I+D, superando por primera vez a Estados Unidos y China. Sin embargo, la presidenta advirtió que este ritmo debe mantenerse y acelerarse para cerrar la brecha tecnológica y garantizar la competitividad a largo plazo.
La transición energética como prioridad estratégica
Otro de los grandes temas del discurso fue la energía. Von der Leyen abordó con claridad uno de los problemas estructurales más importantes de la Unión Europea: los altos precios energéticos, que limitan la competitividad de las empresas europeas en comparación con sus homólogas de Estados Unidos y China. Reconoció que este problema, exacerbado por la transición hacia fuentes de energía más limpias, requiere soluciones integrales.
La presidenta anunció que en febrero de 2025 la Comisión presentará un plan de energía asequible, diseñado para abordar simultáneamente la reducción de costes energéticos y la transición hacia tecnologías limpias. Este plan incluirá medidas como la diversificación de los suministros energéticos, con el objetivo de reducir la dependencia de combustibles fósiles rusos, y la inversión en tecnologías emergentes como la fusión nuclear y las baterías de estado sólido. Asimismo, se priorizará la modernización de las infraestructuras energéticas y la eliminación de las barreras que dificultan la integración de los mercados energéticos nacionales en una verdadera Unión Energética Europea.
Von der Leyen subrayó que estas acciones no solo son esenciales para garantizar la competitividad económica, sino también para cumplir con los objetivos climáticos de Europa y consolidar su liderazgo global en sostenibilidad.
Resiliencia económica y cadenas de suministro estratégicas
La resiliencia económica fue el tercer pilar destacado en el discurso. Von der Leyen hizo hincapié en la importancia de asegurar el acceso a materias primas críticas y diversificar las cadenas de suministro, áreas en las que la Unión Europea ha mostrado vulnerabilidades en los últimos años. En este contexto, la presidenta destacó los avances logrados a través de acuerdos internacionales recientes, como los firmados con Mercosur, México y Suiza, así como el relanzamiento de negociaciones con Malasia.
Estos acuerdos no solo buscan garantizar el suministro de recursos esenciales, como minerales críticos, sino también abrir nuevos mercados para los productos europeos y fortalecer sectores clave como la agricultura y las tecnologías limpias. Von der Leyen explicó que estas iniciativas forman parte de una estrategia más amplia para reducir las dependencias externas y construir una economía más resiliente, capaz de resistir las tensiones derivadas de las dinámicas globales.
Cooperación global y relaciones transatlánticas
Von der Leyen también dedicó una parte significativa de su intervención a destacar la importancia de la cooperación internacional, en particular con Estados Unidos. Subrayó que la relación transatlántica es fundamental para la economía europea, con un comercio bilateral que alcanza los 1,5 billones de euros y genera millones de empleos en ambas regiones. Sin embargo, señaló la necesidad de equilibrar esta relación fortaleciendo las alianzas con otras regiones clave, como América Latina, África y Asia-Pacífico.
La presidenta destacó que la política exterior de Europa debe combinar pragmatismo y principios, defendiendo los intereses europeos mientras se mantiene abierta a la cooperación con otros actores globales.
Un mensaje claro: Europa debe actuar unida
El discurso de Ursula von der Leyen en el Parlamento Europeo refleja una visión estratégica que combina pragmatismo y ambición. La Brújula de Competitividad, inspirada en las propuestas del informe Draghi, se presenta como el eje central para transformar el consenso político en medidas concretas.
Innovación, transición energética y resiliencia económica son los pilares de una estrategia diseñada para posicionar a Europa como líder en un mundo en rápida transformación. La presidenta dejó claro que, en esta nueva era de competencia global, el éxito de Europa dependerá de su capacidad para actuar con unidad y determinación.