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El sector telco español encara su transformación entre consolidación y presión sobre el tráfico

El sector telco español encara su transformación entre consolidación y presión sobre el tráfico

  • Una conversación mantenida en La Ecuación Digital con Joaquín Guerrero, director de NAE, radiografía con precisión quirúrgica los signos vitales del sector telecomunicaciones en España, en un momento donde los datos ya no crecen y los modelos de negocio tradicionales muestran signos de fatiga.
Joaquín Guerrero - NAE - La Ecuación Digital

El sector de las telecomunicaciones atraviesa una de sus etapas más complejas en décadas. La consolidación es el concepto que domina los análisis, pero tras ese término se agitan tensiones estructurales, incertidumbres regulatorias y modelos de negocio que empiezan a mostrar signos de agotamiento. Así lo evidenció una reciente edición en directo de La Ecuación Digital, donde , director de NAE, analizó las principales conclusiones del   Q4 2024  y los movimientos estratégicos del sector.

El informe —elaborado por la propia consultora — no solo recoge datos del mercado, sino que permite interpretar los vectores de cambio que están moldeando el futuro inmediato del ecosistema telco. A lo largo de la conversación, se abordaron cuestiones estructurales como la presión sobre el tráfico de datos móviles, la fragmentación del mercado europeo, los límites del modelo de negocio actual, el papel de los nuevos actores y el potencial aún latente del 5G.

Directos La Ecuación Digital - Radiografía del sector telco
Directos La Ecuación Digital – Radiografía del sector telco

Consolidación como síntoma estructural

La consolidación emergió como una constante. No solo en términos económicos, sino como síntoma de una industria que, ante la presión sobre ingresos y márgenes, busca alcanzar escala y reducir duplicidades. La creación de MASORANGE, resultado de la fusión entre MásMóvil y Orange, fue señalada como una prueba de que las autoridades europeas comienzan a relajar la tradicional reticencia a las fusiones intrapaís.

La magnitud del nuevo operador es elocuente: más de 21 millones de líneas móviles, superando a , y un impacto inmediato en los indicadores del mercado. Según explicó Guerrero, por primera vez se observa una caída estadística en el número de hogares pasados con fibra óptica. Pero no se debe a una reducción real de cobertura, sino a la eliminación de solapamientos por propiedad duplicada: una consecuencia directa de la fusión.

Estancamiento del tráfico y fatiga del modelo

Uno de los datos más reveladores del barómetro es la ralentización en el crecimiento del tráfico de datos móviles. El informe refleja un crecimiento interanual del 8,35 % en el segundo trimestre de 2024, el menor registrado hasta la fecha. A esto se suma que el 5G representa solo el 11,52 % del total del tráfico móvil. En paralelo, el número de usuarios 5G no deja de crecer, lo que sugiere una adopción no acompañada de mayor uso real de red.

Guerrero subrayó que este fenómeno podría estar marcando el fin de un modelo que se basaba en la ecuación “más por más”: ofrecer más datos para justificar precios iguales o más altos. Si el tráfico se estabiliza y los usuarios no demandan más volumen, las operadoras deben reformular su propuesta de valor.

Este patrón no es exclusivo de España. En países como China, líderes en despliegue de infraestructura, el crecimiento del tráfico 5G también se ha ralentizado. Y aunque las causas pueden variar —desde cambios metodológicos en el reporte hasta saturación del uso— el síntoma es común: el 5G aún no ha encontrado su aplicación transformadora.

Obstáculos regulatorios y fragmentación europea

La configuración actual del mercado europeo de continúa siendo uno de los principales obstáculos para su transformación. Con más de 45 operadores que superan el medio millón de clientes cada uno, la estructura fragmentada del continente impide alcanzar economías de escala comparables a las de Estados Unidos o China, donde pocos actores concentran grandes volúmenes de usuarios y operaciones transnacionales.

Pese a que Europa cuenta con algunas de las redes de mayor calidad —con casos como el de España, que encabeza los rankings en despliegue de fibra óptica y cobertura FTTH—, esta fragmentación dificulta que las fusiones transfronterizas generen sinergias reales. Como señaló Joaquín Guerrero durante la conversación, los beneficios se concentran en la consolidación dentro de cada país, mientras que la integración entre operadores de distintos mercados, sin operaciones combinadas, ofrece poco margen de eficiencia.

En paralelo, los objetivos estratégicos fijados por la Comisión Europea para 2030 en materia de conectividad —como la cobertura gigabit generalizada y el acceso a 5G en todas las zonas pobladas— avanzan con ritmos desiguales. España y Francia se perfilan como excepciones positivas, pero economías clave como Alemania presentan retrasos notables, especialmente en infraestructuras de fibra. Esta disparidad alimenta dudas sobre la coherencia de la estrategia digital comunitaria y plantea interrogantes sobre el liderazgo necesario para acelerar su implementación.

Reconfiguración de los operadores: señales y preguntas

La situación de los grandes operadores fue otro de los puntos centrales del análisis. Vodafone España ha logrado, tras años de retroceso, estabilizar su base de clientes fijos y móviles. En septiembre de 2024 sumó más de 70.000 nuevas líneas móviles y detuvo la pérdida de usuarios en su red HFC. El dato más llamativo es que incluso reportó captación positiva en una tecnología que estaba en retirada.

Sin embargo, aún no hay claridad sobre el mecanismo detrás de este cambio. El operador no publica detalles financieros desde su salida del grupo cotizado, y las cifras de ARPU o ingresos medios por cliente no están disponibles. Guerrero apuntó que la estrategia de precios podría estar jugando un papel, pero sin datos públicos es difícil afirmarlo.

En el caso de Telefónica, el tercer trimestre de 2024 fue el mejor en cinco años en captación de clientes móviles y fijos. La operadora creció en todas las tecnologías de banda ancha fija, un hito poco habitual en el contexto actual. El Barómetro sugiere estabilidad en los ingresos por usuario y una tendencia positiva en fidelización.

DIGI, por su parte, sigue consolidando su posición como operador de crecimiento más acelerado. Su modelo de bajo coste, integración vertical y red propia sigue atrayendo clientes tanto en móvil como en fijo. No obstante, surgen preguntas sobre la sostenibilidad de su curva de captación, que aún no muestra signos de desaceleración. En opinión de Guerrero, aún está en la fase inicial de su expansión y no ha alcanzado su techo.

5G: despliegue limitado y sin motor económico

Aunque el 5G ha sido objeto de grandes expectativas, su impacto económico todavía no se ha materializado. En España, la mayoría de conexiones 5G se producen sobre la banda de 700 MHz, con un rendimiento apenas superior al 4G. La banda de 3500 MHz, que sí permite mejoras tangibles, tiene aún una cobertura limitada y desigual entre operadores.

La promesa de modelos de negocio basados en network slicing, latencia ultrabaja y servicios críticos no ha superado la fase piloto. Sin una killer app que lo justifique, el 5G se mantiene como tecnología disponible pero infrautilizada. Guerrero recordó que, como en el pasado ocurrió con el 4G y la irrupción del iPhone, aún falta ese punto de inflexión que redefina el consumo.

Inteligencia artificial y redes autónomas

A pesar de los años transcurridos desde su lanzamiento comercial, el 5G sigue sin materializar un impacto económico significativo. Las expectativas depositadas en esta tecnología —tanto desde la industria como desde los reguladores— no se han traducido en una adopción masiva con efectos visibles sobre ingresos, modelos de negocio o transformación sectorial.

En el caso de España, la mayor parte de las conexiones 5G actuales se realizan sobre la banda de 700 MHz, que ofrece buena cobertura pero prestaciones modestas, comparables en muchos casos a las del 4G avanzado. En cambio, la banda de 3.500 MHz, que permite alcanzar velocidades más altas y menor latencia, todavía presenta una cobertura limitada y muy desigual entre operadores, lo que restringe su impacto real sobre la experiencia del usuario.

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Fibra óptica

Las funcionalidades más avanzadas del 5G, como el network slicing —que permite dedicar porciones de red a usos específicos— o la ultra baja latencia, continúan en fase de prueba o implantación parcial. La mayoría de casos presentados hasta la fecha siguen siendo pilotos técnicos o desarrollos muy sectoriales, especialmente en entornos industriales, portuarios o de seguridad pública. Sin una aplicación de consumo que redefina el uso de los servicios móviles, el 5G permanece como una tecnología desplegada pero infrautilizada.

Durante la conversación, Guerrero recordó que en el caso del 4G fue necesaria una disrupción como el iPhone para acelerar el cambio en los patrones de uso. Algo similar se espera del 5G, aunque por ahora no se vislumbra un catalizador equivalente. La industria parece estar aún en el “valle de la desilusión” de la curva de Gartner: con inversiones ya realizadas, pero sin que la tecnología haya demostrado aún una propuesta de valor diferencial para el gran público.

Nuevos ingresos: entre las APIs y los casos industriales

La apertura de APIs de red, tanto desde la iniciativa Open Gateway como en proyectos como Aduna, representa uno de los intentos más concretos de generar nuevos ingresos. Permitir a terceros acceder a funcionalidades de red como autenticación, geolocalización o antifraude podría abrir nuevas líneas de negocio.

No obstante, las estimaciones más optimistas —como las de Omdia— apuntan a ingresos globales de varios miles de millones de euros, aún marginales frente a los volúmenes actuales del sector. Para Guerrero, este enfoque tiene sentido, pero no es transformador. Podría replicar lo ocurrido con los SMS machine-to-machine: un mercado rentable, pero limitado.

En paralelo, se consolidan casos de uso industrial que podrían tener mayor impacto. Desde la automatización portuaria hasta la seguridad pública, existen aplicaciones reales donde el 5G aporta eficiencia, trazabilidad y sostenibilidad. Aunque su peso en ingresos sigue siendo bajo, son nichos con alto potencial estratégico.

Una transformación aún pendiente

El sector de las telecomunicaciones en España atraviesa un proceso de reconfiguración complejo, donde confluyen varios factores: grandes movimientos de consolidación, una desaceleración en el crecimiento del tráfico de datos, presión sostenida sobre los márgenes y la urgencia de encontrar nuevas vías de monetización. La conversación en La Ecuación Digital evidenció que el modelo tradicional ha dejado de ser suficiente, mientras que las nuevas fórmulas aún no han alcanzado la madurez necesaria para ofrecer una alternativa clara.

El despliegue del 5G, pese a los avances técnicos, no ha logrado todavía convertirse en motor de transformación. Las regulaciones europeas, por su parte, continúan limitando las opciones de escala y dificultan la construcción de un verdadero mercado único. En paralelo, la inteligencia artificial gana protagonismo como herramienta para gestionar la complejidad de las redes, pero su capacidad para generar ingresos adicionales a corto plazo sigue siendo incierta.

El ecosistema telco cuenta con recursos técnicos, infraestructura de primer nivel y operadores con amplia experiencia. Sin embargo, lo que sigue faltando es una estrategia compartida que permita convertir ese potencial en un nuevo modelo económico sostenible. Como se apuntó al cierre del diálogo, el sector dispone de las piezas, pero necesita una hoja de ruta clara para ensamblarlas. Una redefinición que, más que necesaria, se vuelve ya inaplazable.

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