El Gobierno español, a través del 10% de participación en Telefónica que posee la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), ha convocado una Junta Extraordinaria de Accionistas de carácter urgente para decidir el reemplazo de José María Álvarez-Pallete como presidente de la compañía. Según han informado El Confidencial y Zonamovilidad, el Ejecutivo ha propuesto a Marc Murtra , actual presidente de Indra, como principal candidato para ocupar el cargo.
Una salida anticipada para Álvarez-Pallete
José María Álvarez-Pallete, quien asumió la presidencia de Telefónica en abril de 2016, se despedirá antes de finalizar su mandato, previsto para este mismo año. Durante su liderazgo, la teleco española atravesó un periodo de transformación marcado por el impulso hacia la digitalización y la reducción de una significativa deuda heredada de anteriores administraciones. Sin embargo, esta transición anticipada, según fuentes citadas por El Confidencial, se oficializará en el Consejo Extraordinario convocado para hoy mismo.
José María Álvarez-Pallete, al dejar la presidencia de Telefónica, recibirá una indemnización millonaria. De acuerdo con las cláusulas estipuladas en su contrato de alta dirección, recogidas en el Informe de Remuneraciones del Consejo de Administración, el ejecutivo tiene derecho a percibir alrededor de 23 millones de euros como compensación, además de los más de 12 millones acumulados en su plan de pensiones.
Marc Murtra, un perfil político con poca experiencia en telecomunicaciones
La propuesta de Murtra como nuevo presidente ha generado interrogantes. Aunque su trayectoria incluye experiencia en el ámbito público y privado, su conocimiento específico del sector de las telecomunicaciones es limitado. Salvo por un breve periodo como consultor en el sector, Murtra ha desarrollado gran parte de su carrera en empresas semipúblicas o vinculadas a la Administración, como su reciente liderazgo en Indra, empresa donde SEPI posee el 28% del capital.
La cercanía de Murtra al Partido Socialista de Cataluña (PSC) y a figuras como Salvador Illa lo posiciona como un candidato afín al Gobierno, mientras que su relación con Isidro Fainé, presidente de CriteriaCaixa, podría facilitar una transición menos conflictiva en el consejo directivo de Telefónica. Sin embargo, también se baraja la candidatura de Francisco Reynés, presidente de Naturgy y figura cercana a Fainé.
Movimientos accionariales en Telefónica
El relevo en la presidencia se produce en un contexto de reconfiguración accionarial en Telefónica. En septiembre de 2023, la saudí STC adquirió el 9,97% del capital de la compañía, lo que generó inquietudes por el control estatal detrás del fondo. Para contrarrestar esta situación, SEPI incrementó su participación hasta el 10% en mayo de 2024 con una inversión de 2.384 millones de euros. CriteriaCaixa, por su parte, aumentó su participación al 9,9% en julio de 2024, consolidándose como un actor clave en la toma de decisiones.
Estos movimientos han alterado la composición del consejo de administración, que incluye nuevas incorporaciones como un representante de STC y la sustitución de vacantes importantes. Entre ellas, destaca la dejada por Javier Echenique tras su fallecimiento.
La pugna entre Murtra y Reynés
La decisión final del relevo se debatirá hoy en un Consejo Extraordinario al que los miembros fueron convocados con escasa antelación, según informaron RTVE y El Confidencial. Mientras Murtra cuenta con el respaldo del Gobierno, Francisco Reynés, un ejecutivo con experiencia en la gestión de grandes compañías, es el candidato impulsado por CriteriaCaixa. Este último, sin embargo, parece tener menos opciones debido a las condiciones políticas y estratégicas planteadas desde Moncloa.
Murtra podría asumir una presidencia de carácter institucional, manteniendo a Ángel Vilá como consejero delegado, un movimiento que reforzaría la estabilidad en la gestión operativa de la compañía.
Un futuro incierto para Telefónica
El cambio en la cúpula de Telefónica ocurre en un momento crítico para la empresa, con desafíos como la integración de las nuevas alianzas estratégicas derivadas de su reestructuración accionarial y la consolidación de su posición en un mercado altamente competitivo. La transición también pone de relieve la influencia política en la dirección de una de las mayores compañías del país.
