Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
En representación de organizaciones de todo el mundo, incluidos reguladores de la industria internacional y grupos de expertos de China, Malasia, España, Tailandia, Hungría y Portugal, los participantes asistieron tanto online como en persona para debatir acerca del papel que juegan las tecnologías digitales en el desarrollo sostenible para lograr un mundo conectado mejor. En la conferencia online participaron más de 1000 invitados de más de 50 países.
Chen Lifang, vicepresidenta senior y miembro de la junta directiva de Huawei, pronunció un discurso de apertura titulado «Creamos en el poder de la tecnología», en el que describió cómo se puede utilizar la tecnología como motor del progreso humano. Mientras pedía a las personas y a las empresas que pensasen a lo grande y actuasen a pequeña escala, Chen reiteró su apoyo a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU y a la construcción de un mundo verde, innovador e inclusivo.
El texto completo de su discurso se puede encontrar a continuación:
Todos hemos tenido sentimientos encontrados en lo que se refiere a 2020. La pandemia nos ha cambiado la vida. Muchas de las cosas que dábamos por sentadas ya no existen y nuestros valores se han transformado. Cuando pienso en el año pasado, mi principal conclusión es lo difícil que le resulta a la sociedad alcanzar un consenso. Parece que existe un conflicto y un desacuerdo constante, desde el hecho de decidir si es necesario imponer confinamientos hasta debatir si merece la pena usar mascarilla.
Hoy nos hemos reunido para hablar sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Yo, personalmente, creo que la tecnología es crucial para avanzar hacia dichos objetivos y juntos debemos hacer dos cosas para sacar el máximo partido al poder de la tecnología e impulsar un desarrollo sostenible.
El primer desafío consistirá en llegar a un consenso honesto acerca de si la tecnología es un motor para el progreso humano.
Si examinamos la historia, vemos como los grandes cambios sociales se producen al mismo tiempo que los avances científicos y tecnológicos. Pero en la actualidad, los avances tecnológicos reciben mucho bombo, son politizados y, en ocasiones, demonizados. Muchos han dejado de creer en el poder de la tecnología por miedo y desconfianza. Otros están haciendo todo lo posible para obstaculizar el desarrollo tecnológico.
Hace poco leí un informe que decía que cualquier plataforma digital importante que esté dominada por China será sumamente peligrosa para los EE. UU. si no se contiene de manera efectiva y que el 5G era una de esas plataformas.
El 5G es una tecnología estandarizada definida por su gran ancho de banda, su baja latencia y su amplia conectividad. Ayuda a las industrias tradicionales a transformarse y puede beneficiarnos a todos. El despliegue del 5G a gran escala ya se puede ver en múltiples industrias de todo el mundo. Los consumidores corrientes pueden disfrutar de experiencias 5G, mientras que su uso industrial en puertos marítimos, minas y el sector del transporte permite aumentar la eficiencia operativa. ¿Esto es algo malo? No lo creo.
Si afirmamos que la tecnología es de vital importancia, pero su desarrollo es ideológicamente incorrecto, entonces esto solo llevará a división, confusión y regresión.
Es necesario que alcancemos un consenso mundial en este asunto y creamos en el poder de la tecnología para poder aprovecharla en beneficio de la sociedad.
Está claro que siempre existe el riesgo de que alguien abuse de una nueva tecnología. Esta preocupación no es algo nuevo. Pero desde la revolución industrial hemos visto como el establecimiento de reglas para la gestión de los riesgos tecnológicos puede protegernos. Gracias a las reglas, los desarrollos tecnológicos pueden trascender fronteras nacionales y mejorar la vida de todos sin que acarreen un riesgo indebido. Estamos adentrándonos en una era digital y son muchos los que están trabajando duro para crear reglas de gobernanza que nos protejan para la seguridad cibernética, la protección de la privacidad y una inteligencia artificial confiable. Para el resto de nosotros, es momento de confiar y estar abiertos al desarrollo tecnológico.
El segundo desafío al que nos enfrentaremos será emprender acciones decididas para hacer que la tecnología sea realmente efectiva y crear valor para todos.
Puede que resulte difícil llegar a un consenso, pero es fácil apagar la tecnología. En el caso de las empresas, creer en la tecnología puede comenzar partiendo de algo pequeño. Por ejemplo, pensemos en el concepto de producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés). Normalmente, el MVP se refiere a la etapa de desarrollo del producto en la que lo que se ha creado satisface las necesidades más importantes del usuario a la vez que utiliza la menor cantidad de recursos. Luego dicho MVP puede ser constantemente iterado y perfeccionado tras su lanzamiento.
Lograr un consenso amplio no es nada sencillo, así que podemos utilizar este concepto de MVP para ayudar a que continúe el avance tecnológico. Si nos centramos en el entendimiento común limitado que compartimos actualmente y tenemos en cuenta los recursos que están realmente disponibles, podemos impulsar el progreso paso a paso. La iteración significa perfección. Fomentar el conflicto conllevará estancamiento.
Huawei siempre ha apoyado el avance tecnológico. Porque creemos que, en última instancia, la tecnología beneficia a la humanidad. También creemos que la tecnología digital ayudará a la ONU a lograr sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Huawei ya ha explorado gran cantidad de aplicaciones de tecnología digital con los ODS como guía.
La solución Smart PV de Huawei ya se está utilizando ampliamente en más de 60 países para reducir las emisiones de carbono en 148 millones de toneladas. Esto equivale a plantar más de 200 millones de árboles. Solo en Etiopía, hemos ayudado a nuestros clientes a instalar más de 400 estaciones de producción de energía solar, reduciendo las emisiones de carbono en 2850 toneladas. En China también hemos contribuido a la construcción de las estaciones solares más grandes del mundo dedicadas a la agricultura y la pesca en las provincias de Ningxia y Shandong.
Y además, Huawei y la UNESCO han lanzado el programa Escuelas Abiertas, durante el transcurso de una colaboración de tres años, con el objetivo de ayudar a escuelas de Egipto, Etiopía y Ghana a mejorar sus habilidades digitales con educación online.
Todos y cada uno de estos ejemplos, cada conexión, cada gramo de emisiones reducido, cada vatio de electricidad ahorrado, cada pequeña mejora que hemos impulsado, no podría haberse logrado sin pequeños avances tecnológicos. Este es el valor que la tecnología aporta al mundo.