Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Cada año se tiran más de 4,5 billones de colillas en distintos parajes naturales, como las playas de todo el mundo. Este gesto, además de incívico, es especialmente dañino para el medioambiente: las colillas contienen microplásticos y sus filtros retienen más de 30 sustancias químicas muy tóxicas que, en contacto con el agua, se disuelven contaminando el ecosistema.
Además, las fibras presentes en las colillas pueden tardar 14 años en desintegrarse y, según un estudio de 2019 llevado a cabo por científicos brasileños, se han convertido ya en “el objeto más común encontrado en las playas” que envenena la flora y la fauna del ambiente marino.
Ante este escenario, los holandeses Edwin Bos y Martijn Lukaart de la consultora TechTIcs han creado un robot que, apoyándose en la Inteligencia Artificial de Microsoft, detecta y extrae las colillas de la playa, incluso si estas se encuentran parcialmente enterradas en la arena.
Cómo se entrena la IA para recoger colillas
Para entrenar el algoritmo y mejorar su precisión a la hora de identificar las colillas, TechTics ha puesto en marcha un proyecto colaborativo con el objetivo de recopilar miles de fotos de desechos esparcidos en el entorno marino. Para reunir el material, los holandeses han recurrido a Microsoft Trove, una app que conecta a los desarrolladores de la IA con los fotógrafos. Esta aplicación establece un intercambio directo de fotos de manera transparente. Así, cualquiera que quiera sumarse al proyecto puede enviar sus fotos y TechTics le remunerará directamente con 25 céntimos por cada imagen.
“Trove se basa en la idea de que la gente debe ser remunerada por sus datos (por ejemplo, las fotos que publican). Y ese proceso debe estar controlado y ser transparente, permitiendo que las personas puedan ver cómo se usan sus datos. Con esta transparencia, los numerosos colaboradores de Trove sienten que forman parte de un equipo, que están haciendo algo juntos, que están ayudando de verdad,” afirma Christian Liensberger, director principal del programa Trove, un proyecto de Microsoft Garage.
Los usuarios de Trove eligen cuándo quieren participar. Por su parte, el potencial de Trove le permite recopilar cualquier tipo de datos para prestar asistencia a una gran variedad de proyectos de IA. La misión de Trove está muy ligada con el compromiso de Microsoft para una IA responsable.
Cómo funciona el robot BeachBot
BeachBot tiene unos 80 centímetros de ancho, se desplaza por la arena sobre cuatro ruedas y lleva a bordo dos cámaras. Una apunta hacia arriba, para obtener una visión general del entorno y permitirle una navegación precisa, evitando así personas y objetos. La otra está orientada directamente hacia el suelo, permitiéndole reconocer los objetos que encuentra a su paso. Cuando localiza una colilla, BeachBot utiliza unas pinzas robóticas para recogerla y guardarla en su interior. Más tarde, todas las colillas se vacían en un contenedor de basura, desde donde pueden tratarse de forma adecuada para evitar su impacto en el entorno natural. El prototipo funciona con batería y, de momento, tiene una autonomía aproximada de una hora.
Ahora, TechTics está creando otros dos robots más pequeños que sirvan de ayudantes y se centren solo en la detección de desechos. El objetivo es que, junto con BeachBot, funcionen como un trío. Los robots más pequeños se encargarán de detectar las colillas y se comunicarán con BeachBot (u otros vehículos destinados a la limpieza de playas, como por ejemplo unos tractores) para solicitar su recogida enviando su ubicación exacta.
Conoce más detalles sobre la historia en el post del proyecto.