

Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
La palabra clave en la estrategia tecnológica de los bancos en 2025 es gestión de riesgos. Ante una coyuntura marcada por la inestabilidad económica global, el 75% de las entidades financieras a nivel internacional aumentará su inversión en tecnología para mitigar riesgos, según revela un estudio elaborado por FT Longitude y la firma especializada SAS. La cifra representa un crecimiento del 24% respecto a 2021 y refleja la prioridad del sector por blindarse ante la creciente complejidad macroeconómica.
Este impulso inversor también se replica en España, donde los diez principales bancos han duplicado su gasto en tecnología en los últimos años, pasando de 2.313 millones a 5.125 millones de euros. Según datos del Observatorio de Finanzas y Tecnología de FUNCAS, las previsiones apuntan a que esta cifra podría superar los 7.000 millones en 2028, situando a la banca española a la cabeza de Europa en transformación digital.
Los efectos postpandemia, el avance de los neobancos y fintechs, y la presión normativa europea figuran entre los factores que han acelerado esta evolución. Directivas como NIS2 y DORA obligan a las entidades a reforzar sus sistemas tecnológicos ante ciberamenazas y fallos operativos. En palabras de Carles Cerdá, Risk Business Solutions Manager en SAS, “estas normativas exigen que los bancos cuenten con sistemas robustos capaces de anticiparse a riesgos tecnológicos y externos”.
IA y modelos avanzados para la nueva gestión del riesgo
Una de las principales tendencias que recoge el informe Transforming Risk Management es la incorporación de inteligencia artificial (IA), incluida la IA generativa, en los procesos de detección y análisis de riesgos. Aunque su adopción varía según región, los bancos europeos, incluidos los españoles, operan dentro de marcos regulatorios más estrictos, lo que limita una implantación generalizada, pero garantiza mayores estándares de seguridad y privacidad.
Carlos Díaz Álvarez, Chief Risk Officer en Santander Portugal, subraya la necesidad de una visión integral basada en datos conectados: “Para tomar decisiones acertadas sobre liquidez, capital y riesgo crediticio, los bancos deben integrar todos los datos disponibles, pero es clave que esa información sea precisa y esté interrelacionada”.
Cinco líneas de acción en la inversión tecnológica bancaria
El análisis de SAS identifica cinco áreas prioritarias donde las entidades concentran su inversión tecnológica:
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Consultoría tecnológica: Un 65% de los bancos planea contratar servicios externos, lo que supone un incremento del 15% respecto a 2021.
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Modelos de riesgo avanzados: El 67% de las entidades prevé mejorar sus modelos en los próximos dos años. Además, un 63% de los directivos considera que disponer de modelos de riesgo optimizados aporta una ventaja competitiva.
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Uso estratégico de la IA: El 40% de los bancos aplica IA en la gestión de riesgos, un 30% la utiliza para modelado y un 36% para detección de fraudes. Las cifras bajan al hablar de IA generativa: solo el 17% la emplea en gestión de riesgos. La falta de personal cualificado, mencionada por el 50% de los encuestados, es el principal obstáculo.
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Gestión unificada de datos: A pesar de su importancia, solo el 14% de las entidades tiene previsto unificar completamente sus fuentes de datos.
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Modernización de sistemas ALM: El 77% de los bancos invertirá en sistemas integrados para gestionar riesgos de liquidez y de tipo de interés.
España mantiene un ritmo elevado de digitalización financiera
Aunque las entidades estadounidenses lideran la adopción de IA, la banca española destaca por su capacidad para integrar tecnologías en sus procesos. Según SAS, esta modernización podría traducirse en mejoras de eficiencia operativa cercanas al 70%, una cifra significativa en un entorno de presión sobre márgenes y exigencias regulatorias.
Cerdá señala que “las entidades ya no pueden abordar los riesgos de forma aislada, sino mediante sistemas unificados impulsados por inteligencia artificial que les permitan actuar con rapidez ante escenarios cambiantes”. Añade que, de cara a los próximos años, será esencial redefinir los modelos de riesgo y adoptar herramientas flexibles que integren previsiones macroeconómicas y variables externas.
Este enfoque integral es clave para responder con agilidad ante fenómenos como los conflictos geopolíticos, la transición energética o los riesgos climáticos, que han cobrado mayor protagonismo en la evaluación de riesgos financieros. La gestión de estos factores requiere de soluciones tecnológicas capaces de anticiparse a eventos disruptivos y permitir decisiones basadas en simulaciones de escenarios complejos.
Perspectivas de inversión y retos pendientes
Los datos recogidos por SAS reflejan un cambio estructural en la forma en que las entidades financieras gestionan la tecnología: ya no se trata únicamente de cumplir con las exigencias regulatorias, sino de establecer una ventaja competitiva sostenible. No obstante, persisten retos como la fragmentación de los sistemas, la dificultad para integrar fuentes de datos dispares y la escasez de talento especializado.
La banca española, al mantenerse activa en este proceso de transformación, podría reforzar su posicionamiento como referente europeo. Sin embargo, para consolidar esta posición será necesario no solo mantener los niveles de inversión actuales, sino garantizar la adopción efectiva de las tecnologías implementadas, priorizando aquellas que permitan una visión holística y predictiva del riesgo.