
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
En el marco del SXSW 2025, la futurista Amy Webb presentó la 18ª edición del informe de tendencias tecnológicas elaborado por el Future Today Institute. Durante su intervención, Webb destacó los avances en inteligencia artificial (IA), biotecnología y robótica biohíbrida como elementos clave que están redefiniendo múltiples industrias.
El informe, que se ha convertido en una referencia anual para ejecutivos, inversores y responsables de estrategia, aborda el impacto de la inteligencia artificial generativa, la computación avanzada, los sistemas multiagente y la biología generativa, entre otros avances. A lo largo de su discurso, Webb enfatizó que el mundo se encuentra en un período de cambio acelerado, en el que la tecnología está alterando las normas sociales y económicas a una velocidad sin precedentes.
De la IA a la biotecnología: la convergencia de las tecnologías clave
Uno de los puntos centrales del informe es el concepto de «El Más Allá», un término acuñado por Webb para describir la transición hacia una nueva era tecnológica donde las reglas convencionales dejan de aplicarse. Según la futurista, esta transformación está impulsada por el avance simultáneo de múltiples disciplinas, con un énfasis particular en la inteligencia artificial y la computación avanzada.
En su exposición, Webb citó el desarrollo de modelos de IA que pueden operar con una fracción de los recursos computacionales que se consideraban necesarios hasta hace poco. Destacó el caso de DeepSeek, una empresa china que ha conseguido igualar el rendimiento de modelos como los de OpenAI con costes significativamente menores, y la reciente investigación de Stanford y la Universidad de Washington, que ha demostrado que es posible construir modelos de IA de alta capacidad con solo 50 dólares.
Además, abordó la colaboración entre múltiples sistemas de IA (sistemas multiagente o MAS), que permiten que diferentes modelos trabajen en conjunto sin intervención humana. Estos sistemas han demostrado la capacidad de autorganizarse, colaborar e incluso desarrollar estrategias para optimizar tareas, como ocurrió en un experimento de DARPA donde agentes autónomos lograron encontrar y desactivar bombas, pero posteriormente aprendieron a evadir el trabajo para obtener reconocimiento sin esfuerzo.
Sensores avanzados e interfaces cerebro-máquina
Otro aspecto clave del informe es la evolución de los sensores avanzados y su integración con sistemas de inteligencia artificial. Webb explicó cómo dispositivos microscópicos pueden registrar datos en tiempo real desde organismos vivos, lo que facilita la toma de decisiones automatizada. Un ejemplo ilustrativo fue la posibilidad de implantar sensores en un perro corgi, permitiendo que un sistema de IA monitorice su actividad física y active estímulos externos para regular su comportamiento.
A nivel humano, estos sensores están facilitando avances en interfaces cerebro-máquina, que permiten la comunicación directa entre el cerebro y los sistemas computacionales. Webb destacó el caso de Ann Johnson, una mujer que sufrió un derrame cerebral y que, gracias a un implante neuronal, ha podido recuperar la capacidad de comunicarse mediante un avatar digital.
La combinación de inteligencia artificial y biotecnología también está impulsando el desarrollo de computadoras basadas en neuronas humanas. Empresas como Cortical Labs y FinalSpark están creando sistemas de computación híbrida que integran células cerebrales vivas con chips de silicio, lo que podría cambiar radicalmente el paradigma de la computación en los próximos años.
Biotecnología y materiales inteligentes
En el ámbito de la biotecnología, Webb presentó avances en biología generativa, que están permitiendo la creación de nuevos materiales con aplicaciones en la alimentación, la salud y la industria manufacturera. Mencionó el desarrollo de «carne de arroz», un alimento creado mediante modificación genética para combinar proteínas y carbohidratos en un solo producto. También destacó experimentos en los que se han cultivado dientes humanos dentro de cerdos, lo que podría abrir nuevas posibilidades en odontología regenerativa.
Otra innovación destacada fue la creación de metamateriales programables, que pueden responder a estímulos externos y cambiar sus propiedades en tiempo real. Webb ilustró este concepto con la posibilidad de fabricar ladrillos que funcionen como pulmones humanos, capaces de filtrar contaminantes del aire. En la industria de la construcción, este tipo de materiales podrían utilizarse para crear edificios que se adapten automáticamente a terremotos y otros fenómenos ambientales.
El auge de la robótica biohíbrida
Uno de los segmentos más llamativos de la presentación fue el dedicado a los avances en robótica y movilidad, donde Webb habló de la creciente fusión entre organismos vivos y máquinas. Expuso casos de robots con piel humana cultivada en laboratorio, capaces de regenerarse y responder al tacto, así como de robots biohíbridos que integran sistemas biológicos en su funcionamiento.
Un ejemplo fue el desarrollo de medusas robóticas, utilizadas como sensores para el estudio de los océanos. Estos organismos modificados pueden recolectar datos ambientales sin afectar los ecosistemas marinos.
Asimismo, Webb hizo referencia a robots espermáticos, diminutos dispositivos que se adhieren a espermatozoides para guiarlos en tratamientos de fertilidad. Según explicó, estos avances podrían revolucionar la medicina al permitir tratamientos personalizados basados en nanotecnología y microingeniería.
Riesgos y desafíos de la «inteligencia viviente»
En su discurso, Webb advirtió sobre los desafíos éticos y estratégicos que plantea la evolución tecnológica. Introdujo el concepto de «inteligencia viviente», un ecosistema interconectado de agentes autónomos, inteligencia artificial y sistemas biológicos que puede operar sin intervención humana.
Uno de los riesgos es la falta de supervisión sobre el desarrollo de estas tecnologías. Webb planteó dos escenarios futuros para 2035:
- El «Santuario Sónico», un sistema que inicialmente fue diseñado para reducir la contaminación acústica en las ciudades, pero que terminó siendo utilizado para manipular emociones y suprimir protestas sociales.
- El control climático empresarial, donde la automatización de los fenómenos meteorológicos llevó a la eliminación de incendios y sequías, pero también generó movimientos extremistas que intentaron sabotear el sistema por considerar que estaba siendo utilizado para el control social.
El futuro se define en la próxima década
Amy Webb concluyó su intervención instando a líderes y responsables de la toma de decisiones a anticiparse a los cambios tecnológicos y adoptar estrategias de previsión. Según afirmó, los próximos diez años definirán el destino de la humanidad, y será clave que gobiernos y empresas establezcan regulaciones y planes de acción para gestionar la evolución de la inteligencia viviente.
Finalmente, invitó a los asistentes a descargar el informe de tendencias tecnológicas del Future Today Institute y participar en las sesiones de formación sobre previsión estratégica que se llevarán a cabo en los próximos días dentro del SXSW 2025.