Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El panorama de la arquitectura e ingeniería está en constante evolución, y 2025 no será la excepción. Según el presidente del Comité de Edificación e Infraestructuras del Instituto de la Ingeniería de España (IIE), José Mª Pérez, este año estará marcado por avances tecnológicos como la revolución digital, el Big Data, el Blockchain, la robótica, la inteligencia artificial y la computación cuántica. Estas herramientas no solo redefinirán los procesos de diseño y construcción, sino también el modo en que se aborda la seguridad y la ética en ambas disciplinas.
Nuevas tecnologías al frente de la transformación
En palabras de José Mª Pérez, «la revolución digital y el uso del Big Data, el Blockchain, la robótica, la inteligencia artificial y la computación cuántica serán los pilares de las tendencias en arquitectura e ingeniería en 2025». Estas tecnologías ya han comenzado a impactar significativamente en el sector, pero su consolidación promete transformar de manera aún más profunda los procesos de diseño, planificación y construcción.
El análisis de las bases y la seguridad de estas tecnologías se perfila como una prioridad. Según Pérez, «la ética en el uso de estas herramientas plantea desafíos importantes, ya que en ciertos casos será difícil distinguir entre lo artificial y lo real». Este aspecto podría generar tensiones tanto en el diseño arquitectónico como en la ejecución de proyectos de ingeniería, exigiendo una reflexión profunda sobre los límites y las responsabilidades éticas.
Materiales y maquinaria más seguros
Otro foco de atención será el desarrollo de materiales y maquinaria más seguros. Estas innovaciones, además de aumentar la eficiencia, permitirán a arquitectos e ingenieros abordar proyectos con un menor riesgo para la seguridad y el medioambiente. Según expertos del sector, el empleo de materiales inteligentes y tecnologías como la impresión 3D para estructuras complejas podría volverse una práctica habitual, marcando un avance significativo en términos de sostenibilidad y resistencia.
Este desarrollo se complementará con la integración de tecnologías automatizadas en el manejo de maquinaria pesada, lo que no solo mejorará la precisión, sino que también reducirá accidentes laborales y optimizará los tiempos de ejecución.
Legislación y ciberseguridad: un desafío clave
El presidente del IIE también subraya la importancia de desarrollar marcos legislativos robustos para enfrentar los riesgos asociados a estas tecnologías. La amenaza de ciberataques, potenciada por la creciente digitalización en arquitectura e ingeniería, será uno de los retos más significativos del año. «El desarrollo de la legislación y normativa será esencial para mitigar o incluso suprimir los ciberataques que se producirán con el uso masivo de nuevas tecnologías», destaca Pérez.
Además, los estándares regulatorios tendrán que adaptarse a la velocidad del cambio tecnológico, garantizando la protección de los datos sensibles de los proyectos y promoviendo un uso responsable de las herramientas digitales.
El papel del Instituto de la Ingeniería de España
El Instituto de la Ingeniería de España (IIE), que representa a más de 150.000 ingenieros de distintas especialidades, desempeñará un papel crucial en la adopción de estas tendencias. Como institución que defiende y representa a la ingeniería española en el ámbito nacional e internacional, el IIE tiene entre sus objetivos principales contribuir al progreso de la ingeniería y garantizar su utilidad para el desarrollo integral de la sociedad.
El IIE también se posiciona como un actor clave en el diálogo con la administración pública, empresas y otras entidades, facilitando la implementación de normativas y promoviendo el uso ético y sostenible de las tecnologías emergentes.
Perspectivas para el futuro
Las tendencias tecnológicas de 2025 no solo redefinirán la arquitectura e ingeniería, sino que también plantearán interrogantes sobre la sostenibilidad, la ética y la seguridad. El equilibrio entre innovación y responsabilidad será esencial para garantizar que los avances en estas disciplinas contribuyan al bienestar social y al progreso sostenible.