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La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), junto con Arsys y el Grupo de Investigación en Economía Política de Innovación de la Universidad Complutense de Madrid, ha presentado un estudio pionero sobre el impacto de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) en el entorno empresarial español . Según este análisis, elaborado entre abril y julio de 2024, un 44,1% de los 450 altos directivos encuestados cree que no integrar esta tecnología en sus operaciones podría llevar a sus empresas al fracaso.
La investigación subraya que sectores clave como el agroalimentario, los servicios, la construcción y la energía, que representan el 84% del PIB español, enfrentan barreras importantes para implementar la IAG. Estas dificultades, que van desde limitaciones presupuestarias hasta la falta de talento especializado, limitan el avance tecnológico necesario para mantener la competitividad en un mercado global en constante transformación.
Oportunidades y desafíos de la IAG
El barómetro señala que el 84,8% de los encuestados reconoce el potencial de la IAG para mejorar la eficiencia operativa y personalizar los servicios. No obstante, un 42% también prevé que esta tecnología tendrá un impacto inmediato en sus estrategias empresariales, lo que pone de manifiesto una combinación de expectativas y preocupaciones.
Miguel Martínez Vélez, Chief Product Officer de Arsys, destacó: “La IA ya no es ciencia ficción. Es un elemento clave para la productividad de las empresas y su integración no puede esperar más.”
Las grandes empresas lideran el uso de la IAG, especialmente en áreas como la atención al cliente, la personalización de servicios y la optimización de procesos internos. Por otro lado, las pymes enfrentan mayores dificultades debido a su falta de recursos y madurez tecnológica, lo que evidencia una disparidad que España deberá abordar para garantizar una transformación digital inclusiva.
Sectores en desventaja tecnológica
Pese a su peso en la economía, sectores como el agroalimentario y la construcción permanecen rezagados en la adopción de la IAG. Según los directivos, la falta de infraestructura tecnológica y la escasez de talento especializado son los principales obstáculos. Además, un 68,6% de las empresas encuestadas en estos sectores admite necesitar apoyo externo para implementar iniciativas relacionadas con esta tecnología.
Juan Duce, director de Innovación de APD, advirtió: “Adaptarse es clave para seguir siendo competitivos y evitar el riesgo de desaparecer.”
Privacidad, ética y control: preocupaciones predominantes
Un aspecto crítico revelado por el barómetro es el temor de los directivos a perder control sobre decisiones estratégicas debido a la autonomía de la IAG. Un 54% de los encuestados expresó inquietudes sobre la privacidad y la seguridad de los datos, especialmente en grandes corporaciones que manejan grandes volúmenes de información.
José Molero, Profesor Emérito de la UCM, señaló: “La IAG plantea una transformación que debe abordarse con el debido conocimiento de sus riesgos y beneficios.”
La gestión ética de la información es otro punto de debate, ya que los riesgos asociados al almacenamiento y uso autónomo de datos generan dudas sobre la necesidad de regulaciones que protejan tanto la privacidad como la autonomía empresarial.
Una transición inevitable
El barómetro de la APD destaca que la IAG representa una oportunidad para reforzar la competitividad del tejido empresarial español, siempre y cuando se implementen estrategias que consideren los retos tecnológicos y éticos. Este estudio se posiciona como una herramienta clave para entender cómo las empresas españolas pueden adaptarse a los cambios impulsados por la tecnología, marcando un primer paso hacia una transformación digital responsable.