Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
La industria de las telecomunicaciones avanza hacia la sexta generación de redes inalámbricas (6G) con la intención de superar los desafíos enfrentados en iteraciones anteriores. Entre ellos, destacan la creación de versiones múltiples del estándar 5G, como el standalone (SA) y el non-standalone (NSA), y las divergencias geográficas que llevaron a tecnologías incompatibles como el TD-SCDMA en China durante la era 3G.
John Smee, jefe de investigación inalámbrica en Qualcomm, subraya la importancia de aplicar estas lecciones al desarrollo de 6G. “Cada generación es diferente, y siempre hay lecciones aprendidas”, explicó Smee en un artículo en Light Reading. “Siempre hay una mezcla de evolución y revolución con cada generación”, añadió, dejando claro que el objetivo es construir una tecnología más cohesionada y eficiente.
Evitar errores como el NSA de 5G
Uno de los principales problemas asociados con 5G fue el lanzamiento del estándar NSA, una solución provisional que dependía de la infraestructura 4G para funcionar. Aunque permitió una transición más rápida hacia 5G, ha dificultado la adopción posterior del estándar SA, más avanzado y compatible con tecnologías como la voz sobre 5G (VoNR) y el slicing de redes. Según Smee, este enfoque fragmentado puso a los operadores en diferentes trayectorias de implementación, afectando la uniformidad global.
Con 6G, la industria busca evitar este tipo de divisiones, asegurando una vía de actualización clara y común para todos los operadores. Esto permitiría aprovechar economías de escala y reducir los costos asociados al despliegue.
Un estándar global unificado
Otro reto que los líderes del sector desean superar es la fragmentación geográfica. En la historia de las telecomunicaciones, algunos países han desarrollado estándares específicos que compiten con las normas internacionales. Por ejemplo, mientras que Europa adoptó GSM en 2G y LTE en 4G, China promovió el TD-SCDMA en 3G como alternativa al estándar global. Esta diversidad de tecnologías ha limitado la interoperabilidad y la escala global.
Actualmente, hay esfuerzos para asegurar que 6G siga un estándar unificado. Zhang Yunming, viceministro del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT), expresó recientemente su disposición a colaborar con socios globales en este esfuerzo. Smee también destacó la participación activa de actores clave como Japón, Estados Unidos, Europa e India en la creación de un ecosistema estándar global. Según sus palabras, “el beneficio de un estándar único es crucial en términos de escala”.
Frecuencias y despliegue eficiente
La asignación de espectro es otro aspecto crítico en el desarrollo de 6G. Las discusiones actuales se centran en frecuencias entre los 6 y 7 GHz, lo que permitiría aprovechar la infraestructura de macroceldas existente para el despliegue. Aunque hay investigaciones sobre el uso de bandas de espectro Terahertz, estas son consideradas, de momento, más un tema de investigación que una solución práctica, ya que las señales en estas frecuencias tienen un alcance limitado a unos pocos cientos de metros.
La elección de frecuencias más bajas responde a lecciones aprendidas con 5G. En sus inicios, el despliegue de 5G en Estados Unidos se enfocó en bandas milimétricas (mmWave), que, aunque ofrecen altas velocidades, presentan problemas de cobertura al requerir una gran densidad de celdas. Posteriormente, la atención se desplazó a bandas medias como la C-band en el rango de 3 GHz, que pueden aprovechar las infraestructuras existentes, logrando un despliegue más eficiente.
El impacto económico de 6G
Un desafío recurrente en el desarrollo de nuevas generaciones de tecnología inalámbrica es el costo. El despliegue de 5G supuso inversiones multimillonarias en equipos y espectro, pero los ingresos generados no han crecido al mismo ritmo, manteniéndose estables para la mayoría de los operadores. Mike Sievert, CEO de T-Mobile, señaló durante una reciente conferencia trimestral que 6G podría representar un ciclo más eficiente en términos de costes de implementación.
Sin embargo, las expectativas de un modelo de negocio más sostenible para 6G están lejos de ser una garantía. El éxito dependerá de su capacidad para abrir nuevas fuentes de ingresos y resolver los problemas que han limitado el retorno de inversión en 5G, como la monetización de casos de uso innovadores.
Hacia una era más eficiente
Con el trabajo preliminar para 6G en marcha bajo el paraguas de la organización de estándares 3GPP, se espera que las especificaciones iniciales del acceso radio (RAN) estén listas para 2029. Los líderes de la industria confían en que 6G no solo evitará errores del pasado, sino que también proporcionará una plataforma más eficiente y unificada que permita a los operadores y usuarios finales beneficiarse plenamente de la próxima generación de conectividad.