Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
En el último año, ha crecido la presión desde Alemania y Francia para revisar las políticas de fusiones en la Unión Europea (UE), con el objetivo de permitir la creación de grandes corporaciones que puedan competir en sectores estratégicos como el de las aerolíneas y telecomunicaciones.
Sin embargo, la propuesta ha despertado escepticismo entre altos funcionarios europeos, quienes dudan de que esta medida resuelva el problema estructural del declive competitivo de la región.
Andreas Mundt, presidente de la autoridad antimonopolio de Alemania, manifestó su preocupación en una entrevista con POLITICO, advirtiendo que algunos defensores de estas reformas buscan soluciones sin identificar claramente el problema. “Si hablamos de políticas de fusiones, ¿cuántos casos realmente han impedido el crecimiento de las empresas?”, cuestionó Mundt.
Benoît Cœuré, jefe de la autoridad de competencia de Francia, coincidió en que la consolidación en ciertos sectores, como telecomunicaciones, podría ser útil, aunque señaló que el problema principal es la fragmentación regulatoria entre los países de la UE. Según Cœuré, se debería abordar primero esta falta de armonización normativa antes de relajar las leyes de competencia, ya que la consolidación podría ser una consecuencia natural de esa reforma.
El contexto del “campeón europeo” y el rol de Vestager
Este debate sobre las políticas de fusiones y el impulso de campeones europeos tiene sus raíces en la decisión de la Comisión Europea en 2019 de bloquear una fusión entre empresas ferroviarias francesas y alemanas que buscaba competir con rivales chinos en el mercado global.
La entonces Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, argumentó que permitir la fusión afectaría negativamente la competencia en el mercado interno. Su postura generó fuertes críticas en París y Berlín, donde funcionarios pidieron cambios en las normativas para facilitar el surgimiento de grandes corporaciones europeas.
Vestager ha defendido su historial y ha señalado que permitió otras fusiones de gran magnitud, como la adquisición de SABMiller por el gigante cervecero AB InBev y la fusión entre Fiat Chrysler y Peugeot en 2020. Según explicó recientemente en el Centro de Derecho de la Competencia Global del Colegio de Europa, el tamaño de una empresa no es el problema, sino su capacidad para enfrentar desafíos en un mercado competitivo. “Aquellos que ganaron medallas de oro en los Juegos Olímpicos se entrenaron con los mejores. Fueron desafiados [en casa], y luego pudieron competir a nivel mundial”, dijo Vestager.
Críticas al enfoque de consolidación europea
La perspectiva de flexibilizar la aplicación de las leyes de competencia para permitir la creación de campeones europeos ha sido recibida con escepticismo en varios sectores. Natalie Harsdorf-Borsch, jefa de la autoridad de competencia de Austria, calificó esta idea como “surrealista”. Según Harsdorf-Borsch, los criterios para definir qué empresas deberían convertirse en campeonas europeas son cuestionables y podrían introducir arbitrariedades.
En este contexto, el reciente informe Draghi sobre competitividad en la UE ha resaltado la necesidad de fortalecer sectores clave como tecnología, defensa y telecomunicaciones mediante la creación de empresas de mayor escala. Sin embargo, funcionarios europeos como Guillaume Loriot, jefe de fusiones de la Comisión, han insistido en que la UE no ha bloqueado fusiones entre compañías tecnológicas del continente, sugiriendo que el problema es más político que técnico.
Fusiones en sectores estratégicos: desafíos y regulaciones nacionales
El debate sobre la consolidación empresarial en Europa ha cobrado especial relevancia en el sector bancario y de defensa. Recientemente, el banco italiano Unicredit mostró interés en adquirir Commerzbank en Alemania, pero enfrentó obstáculos debido a la oposición de autoridades y sindicatos alemanes. Por otro lado, el conglomerado de defensa francés Safran tuvo dificultades iniciales para adquirir activos italianos de Collins Aerospace, una firma estadounidense, aunque logró avanzar tras compromisos específicos.
Vestager aclaró que, en el caso de la defensa, los obstáculos suelen estar relacionados con intereses de propiedad nacional y no con la aplicación de las leyes de competencia. En este sentido, subrayó que las fusiones en este sector rara vez han sido bloqueadas por motivos de competencia.
Futuro de la competitividad europea: regulaciones vs. consolidación
A pesar de los llamados de Alemania y Francia para relajar las normativas y facilitar la creación de grandes corporaciones europeas, el escepticismo entre los reguladores sugiere que el foco sigue puesto en fortalecer la competencia interna y armonizar las regulaciones nacionales. Vestager y otros altos funcionarios abogan por un mercado en el que las empresas crezcan compitiendo a nivel local, antes de enfrentarse a rivales internacionales.
El debate continúa abierto sobre la mejor estrategia para revertir el declive europeo en sectores clave. La posición de la Comisión Europea se mantiene firme en priorizar un marco regulatorio que fomente la competencia y permita el crecimiento de empresas robustas que, aunque no sean gigantes globales, estén capacitadas para enfrentar los desafíos del mercado actual.