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El Observatorio Mundial de los Mercados de la Energía (WEMO) de Capgemini ha lanzado su 26ª edición, un informe que analiza la evolución y los retos de la transición energética global.
A pesar de los avances significativos en la adopción de energías renovables en 2023 y las previsiones optimistas para 2024, el ritmo actual de despliegue no es suficiente para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Sin embargo, el informe resalta que aún es posible lograr las cero emisiones netas para 2050, siempre y cuando se aceleren los esfuerzos en tecnología, inversiones y políticas energéticas adecuadas.
El estudio, realizado en colaboración con Hogan Lovells, Vaasa ETT y Enerdata, identifica varios factores que están obstaculizando el avance hacia los objetivos de reducción de emisiones. Uno de los mayores desafíos es el constante aumento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que alcanzaron un récord histórico de 37.400 millones de toneladas en 2023. Este incremento refleja la ineficacia de las medidas de mitigación actuales para mantener el calentamiento global dentro de los límites fijados por el Acuerdo de París.
Crecimiento insuficiente de las energías renovables
El informe destaca que, aunque la capacidad de generación de energía renovable creció un 14% en 2023, liderada por la expansión de la energía solar (32%), este progreso no es suficiente para satisfacer las crecientes necesidades globales de energía limpia a medio plazo. Según Capgemini, para 2030, las energías renovables solo cubrirán el 40% de la demanda energética mundial si no se acelera su despliegue, especialmente en los países en desarrollo.
La inversión en renovables debe duplicarse y estar respaldada por tecnologías de almacenamiento energético, como las baterías avanzadas, para garantizar la estabilidad de la red. La intermitencia de las fuentes renovables, como el viento y el sol, sigue siendo un desafío importante que podría poner en riesgo la confiabilidad del suministro eléctrico a gran escala.
James Forrest, líder mundial del sector de Transición Energética y Utilities en Capgemini, señaló: «A pesar del notable crecimiento de las energías renovables, el ritmo no es lo suficientemente rápido para cerrar la brecha. En la próxima década, será necesario redoblar esfuerzos en tecnologías de bajas emisiones de carbono y adoptar mecanismos de mercado más innovadores, como los contratos de capacidad y las subastas tecnológicas, para garantizar un despliegue eficiente».
El hidrógeno y la energía nuclear como claves estratégicas
El informe subraya el rol crucial que desempeñará el hidrógeno en la descarbonización de sectores industriales como la siderurgia y el transporte marítimo. En los últimos dos años, los proyectos relacionados con el hidrógeno han cuadruplicado su financiación, una tendencia alentadora. No obstante, el aumento de los costos de producción de hidrógeno bajo en carbono y las limitaciones regulatorias están restringiendo su adopción a nichos específicos, donde su impacto es más significativo.
Por otro lado, la energía nuclear sigue siendo una opción crítica para asegurar un suministro eléctrico estable y con bajas emisiones de carbono. El informe de Capgemini indica que, para cumplir los objetivos climáticos, la capacidad nuclear global debería triplicarse para 2050. Los pequeños reactores modulares (SMR) están generando grandes expectativas, pero su implementación a gran escala enfrenta retrasos debido a la complejidad técnica y los obstáculos regulatorios.
En 2023, los 440 reactores nucleares en operación suministraron el 9% de la electricidad global, lo que representa una cuarta parte de la generación de electricidad de bajas emisiones de carbono. Prolongar la vida útil de las plantas nucleares actuales será clave para mantener esta contribución a corto plazo.
Reformas en la medición del progreso y modernización de la red eléctrica
Capgemini argumenta que los actuales mecanismos de medición del progreso en la transición energética, centrados en el consumo primario de energía, ya no son eficaces. El informe propone cambiar el enfoque hacia el consumo final de energía en kilovatios hora (kWh), lo que permitiría una evaluación más precisa de la eficiencia de las nuevas tecnologías eléctricas. Esta metodología ayudaría a reducir la subestimación del impacto de los combustibles fósiles y a valorar mejor el papel de las energías limpias en el suministro energético global.
Además, se hace hincapié en la necesidad urgente de modernizar las redes eléctricas a nivel mundial. Se estima que la inversión en redes alcanzará los 400.000 millones de dólares en 2024, con Europa, Estados Unidos y China a la cabeza. Tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), serán fundamentales para gestionar el creciente volumen de energías renovables integradas en las redes. La IA, junto con los modelos de lenguaje avanzado y la inteligencia artificial generativa, se utilizará para optimizar la operación de las redes y desarrollar nuevas soluciones de almacenamiento de energía, que son esenciales para superar los desafíos de intermitencia.
Impactos geopolíticos y riesgos del proteccionismo energético
El informe de Capgemini también aborda el impacto de las tensiones geopolíticas en los mercados energéticos. Advierte que el proteccionismo, dirigido a aumentar la soberanía energética mediante la imposición de aranceles o embargos, puede generar distorsiones en los mercados y encarecer el costo de la transición energética. Estas políticas pueden reducir la transparencia y la trazabilidad en las cadenas de suministro energéticas, elementos clave para garantizar que las fuentes energéticas contribuyan de manera efectiva a los objetivos de descarbonización.
El WEMO también enfatiza la importancia de una mayor cooperación internacional para garantizar que los esfuerzos de descarbonización continúen en la dirección correcta. La transición energética requiere inversiones sustanciales tanto del sector público como privado, además de mecanismos de mercado que fomenten la innovación y permitan una distribución más equitativa de los recursos tecnológicos entre países.