El sector industrial en España está experimentando cambios significativos impulsados por la adopción de la inteligencia artificial dentro de sus procesos. Gracias a esta tecnología, se está transformando la manera en la que operan las fábricas, ya que se benefician de la gran cantidad de datos que se pueden recopilar y de la capacidad de esta herramienta para analizar y tomar mejores decisiones.
Según Capgemini, más del 50% de los principales fabricantes europeos ya están implementando la IA de alguna manera. Además, un estudio de AWS determina que el 79% de las organizaciones ha logrado agilizar los procesos y reducir los costes gracias al uso de esta herramienta. En este sentido, Eaton, compañía líder en gestión de la energía, ha analizado las ventajas que puede obtener el sector industrial incorporando la inteligencia artificial:
- Optimización de los procesos de fabricación: las empresas industriales están recurriendo a la IA para mejorar la eficiencia y reducir los costes. Mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, las soluciones de IA pueden identificar patrones, predecir fallos y optimizar los procesos de producción en tiempo real. Esto no solo ayuda a minimizar el tiempo de inactividad y los desperdicios, sino que también permite a las empresas adaptarse rápidamente a las fluctuaciones del mercado y a las demandas cambiantes de los clientes.
- Mejora de la calidad y la seguridad: la inteligencia artificial permite implementar sistemas de control de calidad más precisos y eficientes, detectando defectos o anomalías en los productos con mayor rapidez y precisión que los métodos tradicionales. Además, esta tecnología desempeña un papel fundamental en la prevención de accidentes al identificar posibles riesgos y tomar medidas correctivas.
- Mayor automatización: al integrar este tipo de tecnologías, se crean fábricas inteligentes y sistemas de producción autónomos. Los robots y los sistemas de control equipados con algoritmos de IA pueden realizar tareas complejas con un alto grado de precisión y eficiencia, liberando así a los trabajadores para que puedan realizar actividades que requieran habilidades cognitivas más avanzadas. Esto no solo se traduce en un aumento de la productividad, sino que también mejora las condiciones laborales al reducir la exposición a entornos peligrosos.
- Optimización energética: al poder gestionar grandes cantidades de datos en tiempo real y al machine learning, las empresas industriales pueden identificar los patrones de consumo energético, detectar áreas de ineficiencia y predecir las demandas futuras, lo que conlleva una reducción significativa del consumo de la energía.
- Despliegue de la cadena de suministro y la logística: los algoritmos pueden analizar datos históricos y en tiempo real para predecir la demanda, optimizar rutas de entrega y gestionar inventarios de manera más eficiente.