Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Durante los meses más duros del confinamiento, la tecnología permitió en España que alrededor de 3 millones de personas no tuvieran que cesar su actividad y pasaran a trabajar en remoto, según el INE. Los procesos de digitalización ya tenían un papel creciente en el seno de las organizaciones empresariales, pero, sin duda, la emergencia sanitaria ha sido el catalizador definitivo. Pero, aunque el teletrabajo ha funcionado bien, es necesario que los empleados vuelvan poco a poco a la oficina. El motivo es claro: la interacción entre personas es esencial ya que la innovación, la creatividad y la colaboración surgen cuando compartimos un espacio común.
Sin duda, este es el momento para adaptar los entornos de trabajo, en un contexto en el que es esencial garantizar la seguridad a medida que los trabajadores se incorporan de nuevo a las oficinas.
La tecnología, una gran aliada
Asimismo, hay que destacar que las soluciones tecnológicas a la hora de prevenir los contagios en el puesto de trabajo y garantizar la seguridad de las plantillas son un gran aliado. Ayudan tanto a los trabajadores a sentirse más seguros como a los CEOs para obtener más y mejor información en la toma de decisiones estratégicas a medio y largo plazo. “La adaptación de las oficinas a la nueva normalidad no puede quedarse en instalar mamparas protectoras y dispensadores de gel”, asegura Pociña.
Uno de los avances tecnológicos más utilizados son los sensores de oficina que están presentes en cada vez más espacios. Controlar la temperatura, el mantenimiento de la distancia de seguridad y limitar el contacto físico entre los elementos de la oficina y un gran número de personas son algunas de las funcionalidades de estos sistemas.
Además, desde Steelcase también han puesto en marcha una herramienta para ayudar a preservar la seguridad de las personas a través del espacio, fomentando al mismo tiempo la productividad y el bienestar. Steelcase Workplace Analytics es una plataforma que, a través de diferentes analíticas y sensores de ocupación, permite elegir y reservar el espacio de trabajo idóneo para cada tarea, independientemente del dispositivo, del lugar y del momento.