La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha supuesto una auténtica revolución en todos los sectores de la economía española, incluyendo el sanitario. Así, tal y como señalan desde Siemens Financial Services (SFS) en su estudio ‘Transformación digital en la atención primaria’, el área de diagnóstico será la que más crecerá gracias a esta tecnología , con previsiones de crecimiento del 32,5% hasta 2030.
Desde ASHO, empresa líder en asesoramiento hospitalario y codificación sanitaria, afirman que la presencia de la IA en el día a día del sector es “una realidad” que ayuda tanto a profesionales como a pacientes. “En nuestro campo, esta tecnología es de gran ayuda para extraer información de todo tipo de textos, como informes redactados por doctores o pruebas médicas, y procesarlos de manera que nos permita ser más eficientes en la gestión hospitalaria”, explica el director del área de IA de ASHO, Juli Climent.
En la actualidad, el volumen de negocio de los llamados hospitales inteligentes, es decir, aquellos que integran de lleno las nuevas tecnologías en sus operativas, oscila en torno a los 58.600 millones de dólares, y se espera que experimente un aumento medio anual del 19,3%, situándose en 239.600 millones en 2030.
La digitalización del sector en España
Más allá del diagnóstico, la Inteligencia Artificial puede ser utilizada en otras etapas del proceso de salud, como podrían ser la prevención o el tratamiento. Tras el diagnóstico, las áreas con mayores previsiones de crecimiento para esta década son la telemedicina y los robots quirúrgicos.
“Aunque todavía queda camino por recorrer para automatizar procesos y consultas, hemos visto que implementar herramientas tecnológicas ha sido de utilidad para mejorar la accesibilidad, la agilidad en los procesos administrativos, mejorar la calidad de la atención y personalizarla, haciendo más partícipe al paciente”, explica Climent.
Sobre si España se sitúa a la cabeza de la inversión e implementación de esta tecnología en el sistema sanitario, el experto recuerda que, tras los grandes líderes globales -China y Estados Unidos- Europa se sitúa como uno de los principales polos de atracción de desarrollo e inversión.