Actualmente, la necesidad de una mayor seguridad y protección de los dispositivos e infraestructuras en las empresas hace que la tendencia vaya hacia la adopción de tecnologías como la biometría. De hecho, según un reciente informe de IDC, el 83% de l as empresas a nivel mundial están invirtiendo en la mejora de los procesos y tecnologías de autenticación de los consumidores y el 63% ya usa sistemas de identificación biométrica para el acceso a los servicios, especialmente huellas dactilares y escáner facial.
Sin embargo, en el mundo de la biometría, la llegada y revolución de la Inteligencia Artificial generativa plantea a las empresas diversos desafíos tecnológicos críticos relacionados con la suplantación de la identidad y el acceso a entornos privados, como la generación de rostros y huellas dactilares falsas, la suplantación de identidad en sistemas tipo bot o incluso la síntesis de la voz de la persona. En este sentido, knowmad mood, consultora tecnológica líder en soluciones de transformación digital, destaca algunas de las contramedidas a estas amenazas más efectivas a las que las empresas deberán tener en cuenta este año:
1) Autenticación de múltiples factores (MFA): La MFA, mecanismo de seguridad que añade capas adicionales de identificación del usuario, se ha convertido en crucial para garantizar una mayor seguridad en el acceso. Y es que, de hecho, según un estudio realizado por el Cyber Readiness Institute, el 45% de los empresarios de pymes españolas ya utilizan este sistema, conscientes de sus beneficios. Se trata de una combinación de elementos entre lo que el usuario sabe y posee, como puede ser una contraseña, así como lo que es, a través de la biometría. Esta coordinación entre factores es poderosa no solo porque mejora la seguridad en el acceso, sino también porque ofrece una respuesta adaptativa a las amenazas que puedan emerger.
2) Encriptación de datos biométricos: La encriptación de los datos de una empresa o codificación de la información es esencial para evitar brechas de información y seguridad, que son una de las principales amenazas para las organizaciones a nivel mundial. Así, en el ámbito de la biometría, garantizar la integridad y confidencialidad de la información biométrica es también una prioridad estratégica y, de igual forma, su encriptación resulta un pilar fundamental para impedir estas fugas de información sensible y garantizar de esta manera la protección de la identidad y la privacidad de los individuos.
3) Detección de prueba de vida: En biometría, se trata de un sistema capaz de detectar si los datos biométricos como los rostros faciales o huellas dactilares son reales o falsos, por lo que se presenta como un arma poderosa ante los fraudes y suplantaciones creadas mediante la Inteligencia Artificial generativa. Si bien con la previsible entrada en vigor en 2026 de la llamada Ley Europea de Inteligencia Artificial únicamente podría ser utilizada por las autoridades en casos excepcionales, se trata de una práctica que, desde la verificación del movimiento, respuesta a una acción (sonrisa, giro de cabeza, pestañeo…) de forma aleatoria, hasta el análisis de la textura y profundidad, cada vez está más evolucionada con el fin de ser más efectiva y sofisticada de cara a aumentar la seguridad.
4) Análisis o biometría del comportamiento: Esta tecnología de alta precisión se utiliza con el fin de verificar a los usuarios según sus patrones de comportamiento, identificando los atributos únicos de cada individuo tales como la velocidad de escritura o la propia interacción con el dispositivo utilizado. En este sentido, la Inteligencia Artificial desempeña un papel creciente en este análisis del comportamiento del usuario durante el proceso de autenticación, gracias a que permite determinar su autenticidad de una manera más dinámica y precisa, a su vez que potencia las amenazas de suplantación de las identidades. Por todo ello, esta clase de biometría será cada vez más utilizada por las empresas en la protección de sus datos y es que, según Mordor Intelligence, el mercado de la biometría del comportamiento crecerá más de un 200% para 2029, con respecto a 2024.