Capgemini ha publicado la 25ª edición de su informe anual, el Observatorio Mundial de los Mercados de la Energía (WEMO), creado en colaboración con Vaasa ETT y Enerdata. El informe hace balance del estado actual de la transición energética y revela que, a pesar de los progresos realizados, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) siguen aumentando y las consecuencias del cambio climático se están produciendo mucho más rápido de lo previsto. El informe también aporta ideas sobre cuáles deberían ser las principales áreas de atención, de cara al futuro, para garantizar el éxito de la transición energética, incluyendo un cambio en la percepción pública, así como una normativa sostenible y realista.
Las principales conclusiones del informe son:
· La producción mundial de energías renovables debe triplicarse. Si bien las inversiones en transición energética por valor de 1,3 billones de dólares en 2022 fueron un récord (superando significativamente el gasto en combustibles fósiles), es necesario acelerarlas hasta alcanzar los 5 billones de dólares anuales para alinearse con una trayectoria de cero emisiones netas. En 2022, el aumento de la capacidad de las energías renovables estableció un récord con un aumento anual de 340 GW y 2023 debería ser otro año récord. Sin embargo, este crecimiento está muy por debajo de lo necesario para lograr cero emisiones netas de carbono en 2050, ya que la capacidad renovable mundial debería crecer en 2.400 GW durante el periodo 2022-2027 (es decir, un crecimiento medio anual de 480 GW). La energía solar fotovoltaica (FV) batió un récord con un aumento de su capacidad anual en 2022 y parece preparada para otro año récord en 2023. La energía eólica se redujo un 19% en todo el mundo, con dificultades para el desarrollo de la energía eólica marina en Europa y Estados Unidos.
· El consumo de electricidad tendrá que cuadruplicarse de aquí a 2050 para alcanzar los objetivos de descarbonización, y más del 75% del mismo será suministrado por energía eólica y solar. El aumento de la capacidad eléctrica renovable está impulsando el cambio en el suministro de electricidad. Sin embargo, el crecimiento actual está muy por debajo de lo necesario y debe triplicarse para cumplir los objetivos de 2050. Vinculada a esta creciente electrificación está la necesidad de ampliar las redes eléctricas. Éstas deben pasar de 75 a 200 millones de kilómetros y ser más inteligentes, con más almacenamiento estacionario, sensores y explotación de grandes cantidades de datos.
· El resurgimiento nuclear provocado por el cambio climático y cuestiones de soberanía. Alcanzar los objetivos de descarbonización no será posible sin la energía nuclear, por lo que es fundamental centrarse en ampliar su potencial. La capacidad nuclear tendrá que triplicarse de aquí a 2050 para alcanzar las cero emisiones netas de carbono. Esto significa alcanzar una capacidad de 870 GW en 2050, frente a los 390 GW actuales. Para lograrlo será necesario no sólo desarrollar grandes reactores y pequeños reactores modulares (SMR), sino también comprometerse a prolongar de forma segura la vida útil de los reactores actuales.
Principales recomendaciones del informe para impulsar la transición energética:
Protegerse del impacto de la inestabilidad política en el suministro y garantizar la soberanía energética
Los constantes problemas geopolíticos refuerzan la necesidad de una transición hacia fuentes de energía renovables dentro del país y de que los gobiernos introduzcan políticas que la apoyen. Un ejemplo en el que esto ya está ocurriendo es en EE.UU. con la firma de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), un programa que propone casi 370.000 millones de dólares en incentivos federales para cambiar la red estadounidense a un 80% de electricidad limpia y reducir la contaminación climática en un 40% para 2030, pero que ya ha conseguido mucho más en su primer año.
Acelerar el ritmo de transición hacia las energías renovables hace que los países sean más independientes energéticamente y contribuye a mitigar uno de los principales riesgos para el suministro de energía. La transición energética no sólo resulta beneficiosa para el medio ambiente, sino que también ayuda a los gobiernos a salvaguardar su abastecimiento frente a las amenazas que pueden provocar los problemas geopolíticos.
Es necesario un cambio en la percepción pública para impulsar a los gobiernos hacia la reforma
La clave para impulsar la transición energética será cambiar la percepción de que las opciones de estilo de vida necesarias para alcanzar el nivel cero neto son inaccesibles para la mayoría, por razones económicas o porque el impacto de una sola persona no va a marcar la diferencia. Para aquéllas que puedan hacerlo, será crucial que se esfuercen por introducir cambios en su estilo de vida que favorezcan la eficiencia energética. Por ejemplo, la campaña «EcoMode» que tuvo lugar en el Reino Unido demostró el poder de los esfuerzos de conservación liderados por los consumidores. Gracias a su participación, los hogares lograron una importante reducción del 12% en el consumo de energía, lo que pone de relieve el gran impacto significativo de las acciones individuales en la eficiencia energética y la sostenibilidad.
Adaptaciones de los activos energéticos necesarios para combatir los efectos del calentamiento global y los fenómenos meteorológicos excepcionales
El calentamiento global y los fenómenos meteorológicos pueden tener importantes repercusiones en los activos de generación y transporte de energía. Las centrales térmicas -incluidos los reactores nucleares- deben adaptarse para que puedan hacer frente a olas de calor extremo como las que se vivieron en Europa en 2023. Lo mismo puede decirse de las redes eléctricas y de garantizar su resistencia ante fenómenos meteorológicos extremos -ya sean olas de calor o nevadas-, ya que ambos pueden causar una disminución de la capacidad de transporte de electricidad, daños físicos y privar a los consumidores de electricidad, que es un bien vital.