Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Tenemos decenas e incluso centenares de usuarios y contraseñas definidos sobre nuestra propia persona allá donde nos registramos: páginas webs, redes sociales, Apps, banca online y mucho más. En la Red, desde aquel momento que comenzamos a navegar, vamos dejando una huella de información tan personal como poderosa para los ciberdelincuentes.
Esta situación se ha vuelto aún más preocupante, ya que ahora las nuevas versiones de Inteligencia Artificial (IA) son capaces de tomar nuestra información compartida, analizarla y realizar pronósticos de posibles contraseñas de acceso a nuestras cuentas, haciéndolas totalmente vulnerables.
Es muy probable que, en algún momento de nuestro paso por Internet, incluso en las búsquedas que llevamos a cabo en los navegadores, se ha quedado grabado lo que usamos de base para nuestra contraseña.
En ocasiones es tan simple como el nombre de una mascota, una fecha concreta, nuestros apellidos, el número de DNI, un país que nos haya cambiado la vida y cientos de otros elementos que creemos nimios. Sin embargo, pueden volverse en nuestra contra, más aún si una contraseña ha sido compartida para múltiples plataformas.
VU señala una vez más que resulta de vital importancia mantener nuestras contraseñas a buen recaudo, así como toda nuestra información bien protegida, no solo por combinaciones únicas y robustas, sino también adicionalmente por sistemas de segundos factores de autenticación o códigos propios de autorización.
El avance de las nuevas tecnologías, así como el claro crecimiento e integración de la IA en múltiples parámetros de nuestro día a día, es tanto un elemento positivo para las personas, como un factor de riesgo que puede jugar en nuestra contra.
En este tiempo han prosperado diversas funcionalidades con IA que hacen que nuestra información personal, a la que va unida la vulnerabilidad de nuestras contraseñas, sea utilizada para descifrar nuestras claves secretas.
Toda esa información que dejamos conforme navegamos por la red, ya sea desde el trabajo, en nuestro teléfono personal o en aquel hotel en el que nos alojamos en verano, va dejando huella convirtiéndose en nuestra Online Persona, es decir, la identidad digital que se crea con toda la información que alberga el mundo online sobre cada uno de nosotros.
Además, con los avances agigantados de los últimos modelos predictivos de IA, han salido a la luz utilidades de esta tecnología capaces de robar una contraseña con métodos hasta ahora impensables, como escuchar el sonido que se hace al teclearla. Afortunadamente, empresas como VU posibilitan la contratación de servicios como Fraud Prevention que ayuda a identificar posibles vulnerabilidades y a trabajar contra ellas para estar lo más ciberseguros posibles en el espacio tiempo de lo digital.
“Toda prevención es positiva y necesaria para adelantarse ante posibles fraudes y para identificar vulnerabilidades. Cuestiones básicas como determinar contraseñas robustas y seguras o estar alerta para identificar un email real o un posible phishing, deben formar parte de nuestro día a día para hacer frente a las amenazas”, concluye Serravalle.