En una sociedad que se vuelve cada vez más digital, esta transformación debe extenderse a las administraciones públicas. En este sentido, España es pionera en este campo, mostrando un nivel alto de interacción entre administración pública, ciudadanos y empresas. De acuerdo con los resultados del Índice DESI 2022, elaborado por la Unión Europea, España se sitúa en el puesto número 5 de los 27 Estados europeos en materia de servicios públicos digitales[1].
Nuestro país ha adoptado un fuerte compromiso con la modernización y transformación de las administraciones y aunque los datos apuntan a resultados muy positivos que nos posicionan a la cabeza de Europa, todavía existen retos para el sector. En el contexto actual, con la disponibilidad de los fondos europeos Next Generation y el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, nos encontramos con la palanca perfecta para el impulso de esta transformación que las administraciones de todos los niveles están llevando a cabo. Algunas de las tecnologías más punteras y que mejor pueden ayudar a la transformación del sector público son la Minería de Procesos, la Automatización y la Analítica de datos, tecnologías que tratan de analizar todas las variantes que forman parte de los procesos de un negocio y descubrir cuales están resultando ineficientes.
En toda transformación es importante destacar el para qué. El objetivo que persiguen todas las administraciones es incrementar la calidad, eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos, colocando al ciudadano en el centro y mejorando las herramientas y capacidades del empleado público, responsable de llevarlo a cabo.
Entelgy, The BusinessTech Consultancy, nos presenta algunos de los principales retos y cómo resolverlos de la mano de estas tecnología:
Simplificar trámites
En general, la solicitud de cualquier trámite administrativo es compleja tanto para el ciudadano que solicita como para el funcionario que gestiona. Esto es debido a que las gestiones están marcadas por procedimientos estrictos y burocratizados, con multitud de pasos, trámites y aprobaciones que tienen por objetivo que todo se mantenga dentro de la más estricta legalidad, pero que convierte el proceso en más largo y complicado.
La tecnología de Minería de Procesos, sin ser intrusiva en el proceso, permite identificar aquellos pasos que están siendo ineficientes y que no están generando ningún beneficio al resultado final, permitiendo una revisión del proceso desde la realidad de cómo se está ejecutando. Esta revisión permitirá un rediseño y aproximación más sencilla al procesos para todas las partes, eliminando pasos obsoletos, identificando cuellos de botella y acortando el tiempo de resolución.
Mejora Continua: Monitorización y seguimiento
Es imprescindible monitorizar los cambios o mejoras realizadas para conocer si han tenido un impacto positivo. Esta monitorización de los procesos en su ejecución permitirá a los gestores públicos tomar decisiones rápidas sobre el servicio prestado a la ciudadanía, permitiendo un mayor y mejor acercamiento. Utilizando Minería de Procesos y técnicas de analítica e inteligencia artificial, podemos ver el proceso tal y como se ejecuta y tomar las decisiones más acertadas. Esta es una realidad, que ya está ampliamente extendida en el sector privado.
Automatización
Poder liberar al empleado público de tareas más tediosas o de bajo valor añadido, para que se centre en aportar valor a los ciudadanos, permitirá el aumento de la calidad, eficiencia y eficacia de los procesos, y, redundará, en una mayor satisfacción de los ciudadanos que reciben esos servicios.
El poder del dato
La administración pública posee enorme cantidades de datos de la ciudadanía. Con el imprescindible nivel de anonimización y seguridad correspondiente, estos datos serán empleados para conocer y mejorar los servicios a prestar al cludadano. El diseño de políticas públicas y la auditoría de las mismas, se debe basar en un análisis pormenorizado de los datos existentes, con la tecnología capacitadora existente en la actualidad.