General manager, security & biometrics, Nuance
El Día de la Protección de Datos, que se celebra el próximo 28 de enero, sirve para recordar tanto a las empresas como a los consumidores que las soluciones de ciberseguridad y las herramientas de prevención del fraude ya no son opcionales, especialmente en tiempos de incertidumbre económica como la que estamos viviendo.
Partimos de la realidad de que los ciberdelincuentes y defraudadores no se han detenido en sus actividades delictivas por la inminente recesión. De hecho, ya sea por la crisis del coste de la vida, el aumento de la inflación, la escasez en la cadena de suministro o la persistente alteración causada por la pandemia, los estafadores están aprovechando esta época de caos para atacar a particulares y empresas en su momento de mayor vulnerabilidad con el fin de manipular sus datos y robar su información personal.
En este contexto, nunca ha sido tan importante para las organizaciones armarse y armar a sus clientes. Cuando se trata de fraude, la prevención siempre es mejor que la cura y, aunque nunca habrá una única solución milagrosa, invertir en las soluciones de seguridad adecuadas ayudará a las organizaciones a ir un paso por delante.
Por ejemplo, la biometría de voz basada en IA se está convirtiendo rápidamente en un arma fundamental en la lucha contra los ciberdelincuentes. Esta tecnología puede autenticar a una persona en cuestión de segundos utilizando algoritmos avanzados para analizar millones de características únicas de la voz, desde el acento y la pronunciación hasta el tamaño y la forma de las fosas nasales del hablante. Este nivel de sofisticación hace casi imposible que un estafador se haga pasar por su posible víctima.
General manager, security & biometrics, Nuance