Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Todos los años, abril marca una fecha fundamental para los trabajadores asalariados y autónomos: arranca el período para la declaración anual del IRPF . Como entes jurídicos, las empresas no realizan este trámite. Pero no significa que no les afecte, ya que deben regularlo mediante las retenciones a los trabajadores.
Las empresas hacen frente a diversos tributos, incluyendo el Impuesto de Sociedades, el IVA y el Impuesto de Actividades Económicas. Aunque unos son más complejos que otros de gestionar, todos ellos impactan en el flujo de caja al suponer una de las partidas de pagos más importantes. Sin un control adecuado, se podría sufrir una falta de liquidez o retrasos en los pagos a Hacienda.
Automatización
A pesar de ser una tarea fundamental para mantener un flujo de caja ordenado y seguro, la gestión de impuestos es una tarea repetitiva, junto a otras también esenciales como el cobro de facturas y los impagos de clientes. Los modernos software de tesorería automatizan estas operaciones, a la vez que permiten programar alertas, como el pago de impuestos.
“Mediante tecnologías de Inteligencia Artificial y analítica de datos, las soluciones de gestión de tesorería ayudan a detectar el origen de los ingresos y las partidas que producen más gastos, anticipando los gastos y cobros para determinar el efectivo necesario, ya sea a uno, dos, tres, seis o nueve meses”, continúa la responsable de Agicap.
Disponer de una ‘foto’ en tiempo real sobre el efectivo disponible y de una previsión a corto, medio y largo plazo de la situación financiera es así el elemento clave de los sistemas de automatización de tesorería, que permiten mostrar con fiabilidad la entrada y salida de dinero de la compañía y prevenir correctamente el pago de impuestos y otras partidas.
Gestión de liquidez
Una adecuada gestión del flujo de caja resulta crucial para la salud de cualquier organización. Permite operar día a día, pagar facturas, nóminas e impuestos, evitar descubiertos y adelantarse a posibles situaciones impredecibles de fluctuaciones de liquidez.
Sin embargo, se estima que ocho de cada diez empresas quiebran por un mal control del efectivo disponible. Según el Barómetro de Gestores Administrativos de febrero, 400.000 pymes en España tienen serios problemas de liquidez, 130.000 se encuentran en situación de quiebra técnica, y más de 230.000 (el 8%) no pagan a la Seguridad Social y a Hacienda.
“Mantener una estrategia de gestión de liquidez o flujo de caja es especialmente importante para las pymes, ya que garantizará las reservas de efectivo para responder a las obligaciones y pagos tanto ante el pago de impuestos como en la operativa diaria”, sentencia López Almodóvar.